martes, 29 de octubre de 2024

San Froilán y el lobo (Lugo)



Nacido a principios del siglo IX dentro del recinto de las murallas, decidió a los 18 años, junto con su amigo Atilano, sepultarse en lo más quebrado del monte Cucurrino (hoy conocido como Corueño) con ánimo de atender únicamente a su perfección y a la unión con Dios. Más tarde, sin embargo, la voluntad superior lo encaminó a una vida apostólica que comenzó recorriendo toda Galicia, para culminar como Obispo de León bajo la protección del rey Alfonso III. 


Sus restos todavía reposan en aquella catedral, junto a ese famoso rey de León, en una impresionante sepultura, pero es en su ciudad natal donde lo siguen recordando con mayor fervor.Su nombre aparece unido a una parroquia extramuros, así como a una de las grandes iglesias barrocas del casco viejo, aunque donde reina es en la catedral, compitiendo solamente con Nuestra Señora de los Ojos Grandes. 

Cuenta la tradición que, el representar al patrono de la ciudad en compañía de un lobo podría deberse a un encuentro que tuvo con uno de ellos en una de sus múltiples peregrinajes por las tierras de la provincia. Dicen que estando San Froilán una mañana rezando y absorto en sus oraciones, se le apareció un lobo hambriento que vio en el asno del santo un apetitoso almuerzo. Abalanzándose sobre él, comenzó a devorarlo momento en el que lo encontró el Santo, que con su mirada dejó al lobo acurrucado y temeroso, mientras le hablaba de amor y paz. Así fue como San Froilán consiguió quitarle al lobo el miedo al hombre y al fuego, tomándolo a su servicio para llevarle por el mundo las alforjas. Desde entonces, el lobo caminó siempre a su lado, arrimado a su pierna derecha aunque lo que tenga de cierto ya nadie lo sabe. 

Los famosas fiestas lucenses, declaradas de interés turístico gallego, cuentan con una amplia variedad de conciertos, grupos y festivales aptos para todos los públicos.Las fiestas se abren el día 4 de Octubre con la lectura del pregón.

¿Quienes eran los "Nyerros"? = Cataluña



Este mote que da nombre a esta “colla castellera” LOS NYERROS DE LA PLANA, designaba durante los siglos XVI y XVII a una de las fracciones de bandoleros con la que se había fragmentado toda Catalunya: Los “Nyerros”.
El bandolerismo es un episodio de la historia de Catalunya. La causa principal de este es el desequilibrio que existía entre la economía y la demografía catalana. En aquellos tiempos, las guerras contra españoles, las pestes y las crisis de subsistencia eran frecuentes. Eso dio pie a que la nobleza arruinada de Catalunya decidiera asaltar a los viajeros que pasasen por los caminos y bosques del país. Estos eran su casa y refugio, les proporcionaban todo lo que necesitaban para subsistir. Su vestuario solía ser un sombrero y una gran capa, que los dotaba de escondrijo.
Los “Nyerros” eran amigos de los agricultores “pagesos” de los alrededores. En las crónicas de la época se les define como gente de gran valor y hacían saber por donde pasaban quienes eran. Con el orgullo siempre por delante…”¡ sóc Nyerro !” ¡ soy Nyerro !. Además se habían creado un símbolo propio, un cerdito, que mostraban en las chapas de sus vestimentas. Este símbolo tenía el sentido popular de la tierra y de la antiseñorialidad de este animal rural. A diferencia suya el símbolo de los “Cadells” era un perro, recordando la fidelidad de este animal hacia sus amos.
Desde finales de la edad media, existía una gran rivalidad entre “Nyerros” y “Cadells” la otra banda de bandoleros. Progresivamente toda la población catalana se fue inclinando hacia uno de los dos grupos. “Los Cadells” representaban la nobleza urbana, y daban soporte a la monarquía castellana y a los obispos. Contrariamente, los “Nyerros” provenían de las montañas, de donde no se movían, y representaban a los nobles catalanistas de Catalunya. Los “Nyerros” asaltaban a “Cadells”, representantes de la monarquía hispánica, recaudadores de impuestos y otros nobles, eran los amos de las zonas rurales.
Las luchas entre “Nyerros” y “Cadells” llegaron a la comarca de Osona, particularmente Vic y alrededores. Y aquí fue la cuna de “Nyerros” tan celebres como Rocaguinarda, Trucafort o Serrallonga. El nombre de “Nyerro” tiene su orígen en los seguidores del señor de Nyer, Tomás de Banyuls, noble de la época que había dispuesto de grandes poderes y riquezas. Primeramente este mote solo se usaba para los seguidores de este señor y los habitantes y bandoleros de Banyuls, localidad donde este señor de Nyer tenía un castillo, el castillo de Nyer. Más tarde media Catalunya se denominaba “Nyerro” o “Cadell”.
Pere Sirvent

El crimen de Cuenca

 

Pasó a la historia como uno de los mayores errores judiciales y fue utilizado por la prensa de la época para cuestionar el sistema, el jurado popular y los métodos de la Guardia Civil. Acabó siendo conocido como El crimen de Cuenca, un asesinato sin muerto del que se han cumplido cien años y que Pilar Miró trasladó a la gran pantalla en 1979 en una película del mismo nombre que generó igual polémica.
El 21 de agosto de 1910 las vidas del mayoral León Sánchez Gascón y del guarda Gregorio Valero Contreras se torcieron. Su compañero José María Grimaldos López, de 28 años de edad, conocido como el Cepa y pastor en la misma finca donde trabajaban, desapareció sin dejar rastro entre los pueblos conquenses de Tresjuncos y Osa de la Vega. Su apodo obedecía a un doble motivo: apenas medía metro y medio de estatura y su inteligencia era igualmente corta. Su familia enseguida sospechó de León y Gregorio, que tanto hacían sufrir al pobre del Cepa por mofarse continuamente de él. Presuntamente le habían asesinado para apropiarse del dinero procedente de la venta de unas ovejas.
La denuncia acabó siendo archivada por falta de pruebas hasta que en 1913 llegó al Juzgado de Belmonte (Cuenca) el juez Emilio de Isasa, que reabrió el caso y ordenó la detención de León y Gregorio. Los brutales interrogatorios de la Guardia Civil -uñas arrancadas, palizas y comidas sin agua a base de bacalao sin desalar- hicieron el resto: acabaron confesando el asesinato y posterior descuartizamiento del Cepa. El jurado popular los culpó tras debatir media hora y los enviaron 18 años a la cárcel; aunque salieron doce años después, sus vidas quedaron destrozadas y marcadas por la desconfianza general.
Tras un año en libertad, en 1925, el cura de Tresjuncos recibió una carta del párroco de Mira, pueblo situado al otro extremo de la provincia, en la que solicitaba la partida bautismal de José María Grimaldos porque el Cepa se casaba. El cura trató de ocultar la noticia durante meses por temor a un escándalo, pero las frecuentes visitas del Cepa a Tresjuncos, inquieto por no saber nada de su partida de bautismo, precipitaron los acontecimientos.
El Ministerio de Gracia y Justicia ordenó revisar la causa y el Tribunal Supremo declaró nula la sentencia, además de ordenar concederles una indemnización a los que la Justicia había culpabilizado.
La verdad del caso es que el Cepa desapareció el 21 de agosto de 1910 porque, según él mismo declaró, «me dio un barrunto y me marché» a tomar los baños medicinales a la cercana finca de La Celadilla.
Resuelto el caso, el cura de Tresjuncos apareció ahogado y el juez Isasa murió en su casa de Sevilla por una angina de pecho. El pueblo prefirió hablar de suicidios en ambas muertes.
El tremendo error judicial cometido levantó una fuerte polémica periodística en la España del régimen de Miguel Primo de Rivera. Ángel Luis López Villaverde, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Castilla-La Mancha, explica que «la prensa más liberal, periódicos como El Sol, El Liberal o El Heraldo de Madrid, le dio una relevancia enorme, pidiendo responsabilidades por el error judicial de Belmonte. Por otro lado, la prensa más conservadora -El Debate- casi obvió este caso.
Similar polémica se vivió años más tarde, cuando Pilar Miró decidió llevar el suceso de Tresjuncos y Osa de la Vega al cine en 1979. Su película, fue la única prohibida durante la democracia.
Se estrenó con gran éxito en 1981 después de que la cinta fuera secuestrada por la autoridad militar, y su directora, objeto de un proceso también militar. Hoy, Tresjuncos y Osa de la Vega siguen recordando lo ocurrido hace cien años, aunque sus actuales preocupaciones son bien distintas: la deficiente cobertura de la telefonía móvil.

Recordando a Isabel II

 

Isabel II, hija de Fernando VII y de María-Cristina de Borbón, falleció en París a los 74 años, el 9 de Abril de 1904. Fue reina de España durante 35 años, y residía exiliada en Francia desde 1868; su vida no fue fácil. Declarada heredera del trono cuando apenas tenía 3 años, se adelantó su mayoría de edad para poder coronarla y, aunque al principio gozó del favor popular, pronto lo perdió, debido a la adopción de medidas impopulares y a la corrupción. Casada con don Francisco de Asís -quien murió dos años antes que la soberana- se le conocieron muchos amantes y dio a luz doce hijos, de los cuales sólo sobrevivieron cinco. Su nieto, el rey Alfonso XIII, enterado del fallecimiento de su abuela, quiso que los restos mortales de la reina fuesen traídos a España y enterrados en el Panteón de Reyes de El Escorial.

(Anecdotario Histórico Español) 

El Escorial y las puertas del infierno - Comunidad madrileña

 


Existen varias leyendas referentes al Monasterio de El Escorial y su construcción.
La  historia  más  espeluznante  es  la  que  habla de  las  puertas  del  infierno.  Se  dice  que  el  infierno, que  por  lo  visto  queda  por  debajo  del  suelo,  tiene varias puertas  de  entrada.  Una  de  ellas  está  en  Italia,  en Turín,  y  la  otra,  precisamente  en  El  Escorial.  La leyenda  dice  que  el    rey  Felipe  II  mando  construir  el Monasterio  encima  de  la  puerta  del  infierno  para que  hiciera  de  tapadera.  Según  dicen,  estas  entradas  infernales  tienen  como  vigilantes  a  perros  con tres  cabezas,  los  cancerberos.  
Para  acentuar  la leyenda,  mientras  se  realizaban  las  obras  del Monasterio,  los  trabajadores  estaban  atemorizados por  la  presencia  de  un  perro  muy  fiero  que  les  perseguía.  Cuentan  que  capturaron  al  perro  y  lo  ahorcaron  exhibiéndolo  sobre  una  de  las  torres.  También  ha  llegado  hasta  nuestros  días  la  anécdota  de que  el  propio  Felipe  II,  residente  en  las  dependencias  del  monasterio,  una  vez  que  concluyeron  las obras,  decía  escuchar  los  ladridos  del  perro  muerto.

Guadarramistas

domingo, 27 de octubre de 2024

Los siete varones apostólicos

 

El milagro del puente
Por los siete varones apostólicos son conocidos siete clérigos cristianos ordenados en Roma por los apóstoles (discípulos del apóstol Santiago el Mayor pero designados por San Pablo y San Pedro) que marcharon a Hispania a evangelizar: Torcuato, Tesifonte, Indalecio, Segundo, Eufrasio, Cecilio y Hesiquio o Isicio.
Según unos manuscritos del siglo X, que transmiten información más antigua (del siglo VIII o del siglo IX), los siete varones apostólicos llegaron a Acci (Guadix) cuando se estaban celebrando las fiestas paganas de Júpiter, Mercurio y Juno y los paganos les persiguieron hasta el río, pero el puente se partió milagrosamente y los siete varones apostólicos quedaron salvos. Una noble mujer llamada Luparia se interesó por ellos y los escondió, y se convirtió al Cristianismo después de haber levantado un altar a San Juan Bautista. A continuación los varones apostólicos se separaron para dar noticia del Cristianismo por distintas regiones de la Bética: Torcuato permaneció en Acci (Guadix), Tesifonte marchó a Vergi (Berja), Hesiquio a Carcere (Cazorla o Cieza), Indalecio a Urci (Pechina), Segundo a Abula (Abla, según otros Ávila), Eufrasio a Iliturgi (Andújar) y Cecilio a Iliberri (Iliberris o Elvira, la actual Granada). La identificación de esas localidades es muy insegura: según otras fuentes Carcere o Carcesi es Cieza (Murcia), Urci es Torre de Villaricos e Iliturgis es Cuevas de Lituergo;1 según una tradición abulense, Abula sería Ávila, y San Segundo su primer obispo (actualmente, su santo patrón).
Francisco Márquez Villanueva entre otros documenta que un autor del siglo IX fundió esta tradición con la de Santiago Apóstol en la Translatio S. Iacobi in Hispaniam. Según éste, siete discípulos de Santiago trajeron su cuerpo a Hispania después de su martirio desde Jerusalén y tuvieron que refugiarse en una fuente protegida por una cripta porque eran perseguidos por el rey; cuando entraron para prenderlos la cripta se derrumbó y el rey y los suyos perecieron. Una mujer, también llamada Luparia, se convirtió al Cristianismo y mandó colocar el cuerpo de Santiago en un edificio que previamente había estado consagrado a ídolos paganos; esta tradición cuenta también que tres de estos discípulos, Torcuato, Atanasio y Tesifonte, fueron enterrados junto al apóstol. 
También habla sobre los siete varones apostólicos el escritor dominico del siglo XIII Rodrigo de Cerrato.

García Márquez en Barcelona

 

El premio Nobel de Literatura que más tiempo ha vivido en Catalunya –ocho años, de 1967 a 1975– es Gabriel García Márquez. Fue en Barcelona donde experimentó la mayor mutación que puede sufrir un escritor: se transformó de autor minoritario en uno de los novelistas más famosos del mundo. 
El regalo que pidió cuando llegó al millón de ejemplares vendidos de Cien años de soledad fue que le tradujeran ese libro al catalán (y que lo hiciera su amigo Tísner). 
Desde 1975, su editorial principal ha estado en Barcelona. Y, desde mediados de los años sesenta, su carrera fue dirigida en lo económico –y estratégico– por la agencia Carmen Balcells. A pesar de no vivir en la capital catalana desde 1975, acudía regularmente casi todos los años y, tras una etapa en que se alojó en hoteles, se compró un piso que mantuvo hasta el final de sus días. 
La lista de anécdotas, afectos, proyectos y amistades que ha generado García Márquez en Barcelona daría para varias enciclopedias.

La Vanguardia

Leyenda de Galino Galinás = Zaragoza

 

La leyenda de Galino Galinás se cuenta en la comarca de la Vall de Benás desde muy antiguo. La podemos escuchar en Sos o en Castillo de Sos y narra como se formaron las Crestas de Chía.
Todo ocurrió en un lugarejo del Solano llamado Sos cercano a Castilló. Allí habitaba una princesa mora que poseía un cáliz sagrado que custodiaban constantemente unos soldados. Enfrente de Sos está Chía, donde vivía un mozo fuerte y decidido, llamado Galino Galinás, que se había propuesto rescatar el cáliz.
Un día, mientras los soldados dormían, entró en el palacio, se apoderó del cáliz y salió corriendo como una exhalación. Los soldados se despertaron y corrieron tras él para detenerle. Los soldados le arrojaban piedras y más piedras pero Galindo seguía corriendo.  De pronto llegó al río Esera que bajaba crecido. Los moros ya estaban a punto de capturarle cuando se acordó de la Virgen dela Encontrada de su pueblo y le rezó con fervor: “Virgen de la Encontrada, haz que pueda cruzar el río y te regalaré el cáliz”.
El río se detuvo para que Galindo pasase. Los soldados se detuvieron sin saber qué hacer y continuaron apedreándole. Tantas piedras le tiraron que formaron las Crestas de Chía.
Galindo, feliz por haberse librado, llevó el cáliz a la Virgen y le contó lo feliz que se sentía por habérselo robado ala princesa mora.

Biquipedia

La Virgen de los Lomos de Orios - La Rioja

En la Sierra Cebollera vivía un zagalillo que cuidaba de un rebaño de ovejas, propiedad de un rico señor del cercano lugar. Cada tarde llegaba a Lomos de Orios, en donde se veneraba una imagen de la Santa Virgen, de la cual era muy devoto. Una de esas tardes, cuando, después de haber rezado, se disponía a sentarse en una peña, vio cómo de unos entresijos de la roca salía una cutebrilla, que, lejos de asustarse por la presencia del pastor, se dirigió

hacia él. El zagal, movido por la compasión, no la quiso matar ni ahuyentar, sino qUe, vertiendo un poco de leche en un cuenquecillo, puso éste cerca de la pequeña alimaña, la cual, aproximándose al cuenco, bebió ávidamente, Y después volvió a desaparecer entre las rocas.

Al día siguiente, el pastor salió del pueblo y se dirigió a la sierra; y una vez hubo rezado, como acostumbraba, encaminó el hato al mismo lugar de la tarde anterior. Sentóse en la peña y esperó a ver si aparecía la culebrilla; mas ésta no daba señales de vida. El zagal sacó su cuenco y, cogiendo a una oveja cercana, la ordeñó. Puso la leche al lado de la roca musgosa por cuya grieta saliera la pequeña sierpe, y silbó suavemente. Al momento, Una cabecilla oscura y viva asomó por la grieta, y en seguida volvióse a ocultar de nuevo; tornó el zagal a silbar, y entonces la culebra salió despacito; el pastor bajó el brazo para que se enroscase en él y la aproximó al cuenco para que bebiera con más comodidad. Después se desenroscó y volvió a su nido. Y desde

entonces, cada tarde, el pastor silbaba, aparecía su amiga, y ambos parecían ser felices; el zagal sentía cómo la pequeña culebrita le traía cada tarde un poco de compañía en la soledad de su lento pasar! de la tarde, en lo alto de la sierra inmensa, al lado de la ermita de la Virgen.


Pasó el tiempo, pasaron algunos años y el pastor hubo de marchar de allí pero la tarde anterior a su partida aún dió de beber a su compañera, despidiéndose tristemente de ella.


Corrió el mozo tierras lejanas, y al fin pudo volver a su pueblo. Saludó alegremente a sus familiares y a los convecinos que le pedían noticias de sus andanzas y por la tarde quiso volver al sitio en donde tantas horas pasará en compañía de la culebrilla. Recordaba aquellos días de su adolescencia cuando rezaba a la Virgen y después silbaba y aparecía su compañera de soledad; recordaba cómo muchas tardes, después de hacerle beber en el cuenco, la conservaba enroscada en su brazo y con la otra mano hacía sonar su rústica flauta con los sones mas dulces, con los tonos más suaves, hasta adormecer a la culebrilla. Embarcado con tales pensamientos, llegó a aquella peña, reconocida por él al momento. Y queriendo recordar los tiempos en que había venido pensando, silbó una y otra vez. De pronto se sobresaltó al ver aparecer un gran culebrón que venía amenazadoramente reptando hacia él, pero no dudó en reconocer a aquella pequeña sierpe que tuviera tantas veces enroscada en su brazo. La llamó y le dijo: «¡Cómo has crecido! Tú también te has puesto fuerte como yo». Y quiso verter un poco de leche que llevaba en una botella. Mas la enorme culebra no le dio tiempo: se precipitó sobre él, se enroscó a su cuerpo y a su cuello, y empezó a apretar los anillos. El mozo se sintió presa de un inmenso terror, sintió cómo la culebra lo ahogaba; sus esfuerzos para librarse del reptil eran inútiles, y casi asfixiado, pensó en aquella Santa imagen de la que tan devoto era, y la invocó, pidiéndole auxilio.

Y en aquel momento en que sus labios pronunciaron la invocación,sintió como el lazo mortal se aflojaba y como el cuerpo de la enorme culebra se distendía  hasta caer a sus pies sin vida.


Una vez libre y salvo, miró con terror y piedad el cuerpo de la culebra y, subiendo a la ermita, entró, rogando con fervor en acción de gracias  por el gran milagro que en él había obrado la Santa Virgen de los Lomos de Orión.


Vicente García de Diego



jueves, 24 de octubre de 2024

Muerte de Wilfredo el Velloso (Barcelona)

 

Wifredo el Velloso murió el 11 de agosto del año 897 en un enfrentamiento con los musulmanes. El hecho se produjo cuando salió al encuentro de las tropas del gobernador de Lleida, Lobo ibn Muhammad, quien había lanzado una virulenta ofensiva que llegó hasta las puertas de Barcelona. La muerte de Wifredo, según el cronista árabe Ibn Hayyan en el al-Muqtabis, se produjo como consecuencia de una «una lanzada» realizada por el propio señor de Lleida, en el castillo de Aura. La ubicación exacta de este castillo está en discusión pero según algunos historiadores podría interpretarse como Vallis Laurea, es decir, en el término de Valldaura, en la sierra de Collserola.
No era la primera vez que Wifredo se enfrentaba a los musulmanes; en el año 884 había atacado a Ismail ibn Musa, que se había apoderado de Zaragoza (871) y había fortificado Lleida, pero fue derrotado sufriendo grandes pérdidas.
Fue enterrado en el monasterio de Santa María de Ripoll que él mismo había fundado.

(Arteguías)

Leyenda del pescador de Torrevieja (Alicante)

 

Hace mucho tiempo, cuando Torrevieja no contaba más que con cuatro casas, vivía allí un joven pescador quien, como de costumbre, salía con su barca todas las mañanas antes de romper el alba. Tanto pescaba que, a su regreso, abastecía a su familia y a unos pocos vecinos.
Un buen día, con un sol radiante y el mar totalmente en calma, se encontraba el pescador en la cala Cornuda, fondeado y pescando sosegadamente. Tal era la paz del lugar que, sin darse cuenta, se quedó profundamente dormido. Cuando despertó no supo adivinar cuánto tiempo había durado su sueño, aunque pensó que debió de ser mucho, pues frente a él había una costa totalmente diferente a la de su hogar, Torrevieja, y más tarde pudo conocer que se encontraba en la lejana ciudad de Orán, en la costa mediterránea de África.
Conoció allí a una hermosa y joven mujer, nada más desembarcar, de quien se enamoró perdidamente antes de que dijera palabra alguna. Su amor parecía ser correspondido, pues tanto insistió la joven muchacha en que el pescador se quedase allí a vivir, con ella, que no dudó este en complacer su deseo, que también era el suyo. Era una mujer pudiente, hija de algún hombre acaudalado, pues la casa en la que había vivido sola hasta que conoció al joven pescador, era una especie de palacete donde no faltaban criados.
Resultó que estaban los enamorados un día en la playa de Orán, en el lugar justo en que el joven había dejado su barca meses atrás y, charlando y riendo, decidieron tumbarse en la cubierta de la barca, donde quedaron finalmente dormidos. Tampoco supo esta vez, el joven pescador, cuánto tiempo pudo pasar, pero cuando despertó se encontraba de nuevo en Torrevieja, en la cala Cornuda. Incluso pensó que todo podía haber sido un sueño. Pero no, todo había sido real.
Cuentan que la mujer era una vieja y experimentada bruja que, a su antojo y utilizando su oscura magia, se había lanzado un hechizo a ella misma para ser joven y hermosa durante un tiempo y, así, volver a sentirse amada. Cuando comprobó que ese precioso tiempo se acababa decidió, muy a su pesar, devolver a su amado pescador al lugar al que pertenecía: Torrevieja.


Sendas y Leyendas 

Ritual de Las nueve olas - A Lanzada (Pontevedra)

 

Dos noches son las que según la tradición se puede hacer el ritual, una es la noche de San Juan y otra el último sábado de Agosto.  
Se le atribuye esta virtud a la playa por tener forma de concha que junto con el mar penetrando en la arena simbolizan la fecundación.
En esas noches llenas de leyendas, la Playa de A Lanzada cobra protagonismo especial, las mujeres que buscan un rápido embarazo, van a saltar las nueve olas, tradición a la que se apuntan los más valientes, que pasada la medianoche se atreven a darse un chapuzón, cuando la tradición solo habla de saltar las olas no de bañarse. Al baño se le atribuyen también poderes curativos o de buena suerte por lo que es curioso observar la cantidad de gente que se apunta a esta creencia.
Pero no se queda ahí la cosa, en lo alto está la ermita de A Lanzada, cuya entrada principal mira al mar, y unos pocos metros más adelante se encuentra la cuna de la Santa, un conjunto de piedras con forma de cama, otra pieza imprescindible del ritual de la fecundidad, allí las mujeres que deseen descendencia deben sentarse, acostarse…antes de irse a dar el famoso baño.  Si lo que se busca es salud con hacer una ofrenda floral en la cama de la virgen es suficiente.
Si lo que quieres es quitarte el mal de ojo, al amanecer toca barrer la ermita y no de cualquier manera, el recorrido ha de hacerse por detrás del retablo y por delante del altar, haciendo un circuito completo alrededor de la bóveda que ha de repetirse tres veces. Este acto representa metafóricamente la limpieza del mal se barre por detrás para echar fuera todos los males.
Curiosas creencias pero con numerosos seguidores que incluso en las noches de San Juan llevan animales o personas enfermas buscando un milagro, unos por diversión, otros por creencia y otros buscando un milagro el caso es que esa noche la playa estará llena.

 Vigo Peques

miércoles, 23 de octubre de 2024

Felipe II y Antonio Pérez = Madrid


Durante el gobierno de Juan de Austria en los Países Bajos, Antonio Pérez y sus aliados (el marqués de los Vélez y el cardenal Quiroga) aconsejaban al rey una paz negociada con los rebeldes y una invasión de Inglaterra, consejo que el rey ignoró por el momento, pues no se consideraba preparado para dicha invasión. 
Por razones desconocidas, Antonio Pérez jugó con las ya tensas relaciones entre Felipe II y su hermano Juan de Austria e hizo aparecer a los ojos del rey como subversivas las pretensiones de éste acerca de Inglaterra. Pero Felipe II ya desconfiaba de su secretario, por lo que en 1578, Juan de Escobedo (secretario de Juan de Austria) llegó a la Corte para explicar la posición de su maestro al rey, lo cual podía dejar al descubierto a Antonio. Por ello, Antonio culpó a Escobedo por las ambiciones de don Juan y aconsejó al rey eliminarlo. El rey parece que accedió a que Escobedo fuese eliminado. Antonio Pérez primero hizo un intento fallido de envenenamiento y luego contrató un grupo de asesinos que acabaron con la vida de Escobedo en Madrid el 31 de marzo de 1578. Pronto se esparció un rumor acerca de su implicación en el asesinato de Juan de Escobedo. Felipe II intentó en un principio proteger a Antonio Pérez, en parte por su propio sentimiento de culpabilidad y en parte por lo que podía revelar, pero cuando su hermano don Juan murió y sus documentos llegaron a Madrid, descubrió la trama y mentiras de Antonio Pérez, dándose cuenta de que don Juan siempre había sido leal. Considerándose traicionado, Felipe II empezó a desconfiar de la asociación de Antonio Pérez y la princesa de Éboli y sospechaba de un tráfico de secretos de Estado. En la noche del 28 de julio de 1579, Antonio Pérez fue detenido tras salir de su despacho. La princesa de Éboli, asimismo, fue puesta bajo custodia, primero en la Torre de Pinto, luego en el castillo de Santorcaz y, finalmente, fue recluida en su propio palacio de Pastrana, donde pasó el resto de su vida. 
Poco después el puesto de Antonio Pérez fue ocupado por Granvela. Antonio Pérez tenía libertad para moverse por Madrid, siendo vigilado por la Corona, pues el rey necesitaba sus documentos (los cuales podían implicarle a él también en el asesinato de Escobedo). Más tarde, los Escobedo y sus aliados, tras presionar en la Corte, consiguieron que Antonio Pérez fuera detenido por segunda vez en 1585 bajo los cargos de tráfico de secretos y corrupción (sin mencionar el asesinato); fue encontrado culpable y condenado con dos años de prisión y una enorme multa. En 1590 reconoció bajo tortura su implicación en el asesinato de Escobedo.

(Pasajes de la historia)

El crimen del Cura Galeote = Madrid

 

Cayetano Galeote Cotilla (Vélez Málaga, 1839? - Leganés, Madrid, 3 de abril de 1922) fue un sacerdote católico que pasó a la historia por asesinar en abril de 1886 a su propio obispo, don Narciso Martínez Izquierdo, primer prelado de la recién creada diócesis de Madrid-Alcalá.
Tras ser ordenado sacerdote, Galeote fue destinado a Madrid, entonces aún perteneciente a la inmensa archidiócesis de Toledo. Tras unos años de servicio en Puerto Rico y en Fernando Poo, regresó a Madrid en 1880. Por estas alturas vivía ya amancebado con una mujer a la que llamaba "sobrina". Su carácter difícil y en ocasiones agresivo, unidos a su codicia, provocaban que tuviese que mudar constantemente de destino pastoral, así como de domicilio (siempre en compañía de su sobrina).
En 1885 llega Martínez Izquierdo a Madrid, como primer obispo de la nueva diócesis recién creada. El prelado se propuso imponer orden y disciplina eclesiástica en un clero que tenía triste fama por lo relajado de sus hábitos, y Galeote no tardaría en caer: el rector de la capilla donde trabajaba en aquel momento aprovechó para quitárselo de encima. Posteriormente el obispo aprobó la destitución, y trató infructuosamente de convencer a Galeote para que aceptara un nuevo destino. Sin recursos, y sintiendo que había sido víctima de una injusticia, el rencoroso sacerdote decidió que el propio obispo lo pagaría. El Domingo de Ramos de 1886, por la mañana, esperó a don Narciso en la escalinata de la Catedral de San Isidro, donde el prelado iba a celebrar la misa solemne. Allí, ante cientos de testigos, le descerrajó tres tiros con una pistola que (según declararía más tarde) llevaba siempre consigo desde su estancia en Puerto Rico. Mortalmente herido, el obispo falleció al día siguiente, 19 de abril de 1886.
Su juicio fue muy polémico, por las pasiones desatadas. Condenado a muerte a finales del mismo año 1886, la presión de la prensa hizo que se solicitase un nuevo informe médico, que le declaró en diciembre de 1887 la insanidad mental. Conmutada la pena de muerte, fue recluido a perpetuidad en el manicomio de Leganés, donde permaneció durante más de tres décadas, hasta su fallecimiento.

(Wikipedia)

La emparedada del Palacio de los Vélez - Jaén

 

Situado a las espaldas de la Capilla Mayor de la Catedral de Jaén en la Calle Almenas, separado de ésta por el Callejón de la Mona y rodeado de un muro almenado que cierra con la Calle Valparaíso.
Lo mandó construir D. Alfonso Vélez de Mendoza, Caballero Veinticuatro de Jaén y su Procurador en Cortes, en el año de 1506.
Según el Deán Mazas en su origen fue de estilo gótico de lo cual nada se conserva.
Se sustituye por el actual, renacentista, en 1630, según reza la cartela que sostiene un angel en la clave del arco central, de los tres que daban acceso a la logia o porche del edificio.
La planta baja corresponde a un pórtico que se abre a un pequeño jardín, formado por tres arcos de medio punto sobre columnas toscanas.
Marcan las enjutas tres triángulos resaltados que dejan un espacio central ocupado por un círculo, igualmente resaltado.
Una cornisa tangente a los arcos da paso a un cuerpo ocupado por tres ventanas enmarcadas por molduras de acodo en oreja, en cuyos lienzos intermedios aparecen esculpidos sendos escudos nobiliarios bajo magníficos yelmos con cimera y lambrequines ondulantes y gruesos, descansando sobre ménsula.
El primer blasón, que es el de la izquierda desde el frente, se corresponde con los linajes de Guevara, Mendoza, Ramírez de Arellano y Anaya. Don Alonso Vélez de Anaya y Mendoza fue un gran señor que vivió los últimos años del S. XVI y gran parte del XVII. Ocupó grandes cargos en el Corregimiento de ciudades y del Ejército.
El segundo escudo nobiliario, cuartelado, se corresponde con los linajes de Aranda; el 2º y 3º cuarteles pertenecen a las armas del linaje Muñoz. El 4º cuartel es por Molina.
Una segunda cornisa da paso a un segundo cuerpo con tres pequeñas ventanas, rematado con alero saliente.
En el recoleto jardincillo hay una fuente adosada.
En la actualidad es sede del Colegio Oficial de Arquitectos, que ha levantado un edificio contemporáneo poco acorde con la nobleza del palacio y el entorno de la Catedral de Jaén.

Leyenda
Habitaba en este palacio una muy ilustre y adinerada familia de Jaén. Tenían esta familia una hermosísima hija caritativa con los más desfavorecidos.
Todos los ricos y apuestos galanes de la ciudad y de otras la pretendierón.
Se enamoró de un joven humilde. Unidos en el más secreto romance, disfrutarón durante un tiempo el uno del otro.
Un día el padre de esta descubrió la relación, que para él era una verdadera humillación y vergüenza, decidiendo aplicar una drástica solución.
El padre decidió encerrar a la joven en la alcoba más alta de una torre que en aquel entonces tenía el Palacio. Pero no pensó en un encierro temporal y llevadero, sino en emparedarla, levantando un muro en la puerta de la alcoba, se dice que incluso tapió la ventana dejando sólo un pequeño agujero para que pasara el aire.
El joven iba todos los días al pie de la Torre, y ella, a través del pequeño orificio, lanzaba a la calle mensajes de amor, escritos en las hojas de un libro de oraciones, único bien que sus padres le dejarón. Para escribir en sus páginas, con una astilla se pinchaba en el dedo, utilizando a falta de tinta su propia sangre. Y así siguió hasta su muerte.
Aun hoy el fantasma de una hermosa joven rubia y de ojos claros pasea su tristeza por las salas del Palacio de los Velez.

Redjaén

La Era d’Escorca - Mallorca

En Escorca, por el camino de Lluc, ábrese una sima en la que de noche se escuchan cantos infernales, trote de caballos, gritos de mujer y repique de cascabeles. En otro tiempo había en este mismo lugar una era. Cuando llegaba el mes de agosto reuníanse allí los trilladores y trabajaban entre gritos, cantos y risas.

Un domingo, por la tarde, en la era se trillaba, sin respetar el día del Señor. Mientras los caballos daban vueltas y más vueltas, haciendo sonar sus cascabeles, los payeses cantaban y decían a las mujeres bromas soeces. Éstas gritaban y reían, armando entre todos un guirigay espantoso.

De pronto se oyó por el camino de Lluc el vibrante sonido de una campanilla. Era un sacerdote que llevaba a un enfermo el Santo Viático. Los payeses continuaron su algazara, sin hacer caso de la divina presencia.

El sacerdote, horrorizado por tal profanación, se detuvo un momento, sin atreverse a pasar por delante de aquella gente tan irrespetuosa. De repente se oyó un gran estrépito; la tierra se abrió y sepultó en su seno a cuantos en la era había.

Desde entonces siguen trillando sin parar los payeses, cantando; riendo y gritando eternamente, como en aquella tarde del domingo.

Vicente García de Diego




martes, 22 de octubre de 2024

La Porta de Alén - Pontevedra

 

En lo alto del monte de O Seixo, en Pontevedra, un conjunto de piedras de forma caprichosa eran empleadas a modo de puerta para entrar en el más allá y comunicarse con las almas de los difuntos. El misterioso origen de esta tradición, que todavía se practica, se pierde en la noche de los tiempos y está estrechamente relacionado con las experiencias de saltos espacio-temporales protagonizados por ciertos individuos, que acabaron siendo reconocidos como santos. Según la leyenda, los que quieren hablar con los difuntos tendrían antes que atravesar la “portalén” de norte a sur, y después guardar silencio, bajo pena de perder la voz o la salud. Sólo entonces podrían tener contacto con el más allá.

Misterios y Leyendas de Galicia y Asturias

lunes, 21 de octubre de 2024

LA CALDERA DEL PORTUGUÉS

 

Se cuenta que hace ya mucho tiempo en Badajoz existía la costumbre de preceder la procesión del Corpus Christi, con un hombre portando una enorme caldera de hierro, que era conocida por el pueblo como la Caldera del Portugués, de la misma forma se celebraba esta fiesta en la ciudad de Elvas (Portugal), pero en lugar de un caldero precedía la procesión una bandera llamada popularmente “El Estandarte de Badajoz”
Y es que cuenta la leyenda que en el siglo XIV, tras el llamado "Tratado de Elvas" que puso fin a la III Guerra entre Portugal y Castilla, las relaciones entre pacenses y portugueses se suavizó y los habitantes de Elvas olvidando por un momento las eternas rivalidades, atravesaban la frontera para celebrar la festividad del Corpus Christi en Badajoz. Entre los muchos festejos que existían en la ciudad en torno al Corpus, el pueblo tenía especial predilección por las representaciones teatrales y por las carreras de caballos. Uno de estos festejos premiaba al caballero más fornido capaz de dar el mayor número de vueltas seguidas a un trayecto circular convenientemente señalizado portando en su mano derecha el pesado estandarte de la ciudad de Badajoz, insignia con que las tropas de Alfonso IX entraron en Badajoz en 1230 conquistando la plaza a los musulmanes.
En la Sala de Armas del castillo de Elvas, en el año 1384, en la víspera de esta festividad, se reunieron frente al Gobernador de esta ciudad varios jóvenes elvenses, uno de ellos Juan Páez Gago sobrino suyo, que en un alarde de bravura y gallardía apostó ser capaz de secuestrar la bandera o estandarte de Badajoz, y traerlo al interior de la ciudad portuguesa. El intrépido portugués acompañado de varios compatriotas llegó a Badajoz el día que se celebraba esta antigua tradición y se inscribió en el torneo. Cuando llegó su turno empuñó el glorioso estandarte y al galope dio la primera vuelta, la segunda vuelta la dio con menos brío y cuando iba a realizar la tercera en lugar de seguir el trayecto señalizado emprendió al galope una precipitada huida estandarte en mano dirección a Portugal, mientras gritaba: ¡O estandarte levo! ¡O estandarte levo!
Los pacenses ante este insólito suceso tardaron en reaccionar, cuando lo hicieran partieron al galope varios caballeros en su persecución movidos innegablemente por un vehemente deseo de venganza ante una acción tan ruin. El Gobernador de Elvas al ver el gran número de caballeros españoles que se aproximaba en dirección a su plaza y con cierto temor mandó cerrar las puertas de la ciudad y dejar a su sobrino fuera. Juan Páez que les llevaba gran ventaja a los españoles se dirigió a una de las puertas para entrar en Elvas, pero el puente levadizo se encontraba levantado, cansando se dirigió a otra puerta, pero también estaba cerrada, viendo el valeroso caballero portugués que muy pronto sería alcanzado por las espadas españolas, arrojó el glorioso estandarte por encima de las murallas exclamando al caer junto a su caballo al foso: "¡Morra o home!… ¡Fique a fama…!" (Textualmente: "Muere el hombre, pero obtiene la fama.")
Los caballeros españoles se lanzaron todos sobre él, hiriéndole de gravedad en aquel mismo lugar con sus lanzas y espadas, posteriormente fue conducido malherido a la ciudad de Badajoz donde fue ejecutado públicamente y su cadáver arrojado a una caldera de aceite hirviendo.
De ahí la antigua costumbre de preceder la procesión del Corpus Christi en Badajoz con una caldera y en Elvas con un estandarte. El periodista masón pacense, Nicolás Díaz y Pérez estuvo investigando esta leyenda en el siglo XIX y nos cuenta que el caldero fue custodiado hasta el siglo XVI en las antiguas casas consistoriales levantadas en la Plaza Alta de Badajoz pero a partir de ese momento se le perdió la pista

Extremadura Misteriosa

sábado, 19 de octubre de 2024

Leyenda de Mondalindo (comunidad madrileña)

 

Mondalindo es un monte que marca las fronteras con Canencia, Garganta y Valdemanco. Al pie de su ladera se ve la senda de la Cañada Real Segoviana. Se dice que en la noche de San Juan, una hermosa mora abre la ruta en espera de su amado, mientras peina su larga melena negra a la luz de la luna. En la ladera del monte brillan las herraduras de oro de los caballos de los moros, que las perdían cuando marchaban a la guerra. 
Se dice que en el monte existe una cueva llena de riquezas jamás encontradas: 

“Mondalindo, lindo, lindo, 
quien te ve te desea, 
quién cogerá la moneda 
que debajo de ti queda”

Ayuntamiento de Bustarviejo

Apuesta entre Bustarviejo y Miraflores (Comunidad Madrileña)

 

También se cuenta que en la época en que “Las Porquerizas” eran tierras de peleas entre los municipios de Miraflores y Bustarviejo los ancianos del lugar, cansados de tantas riñas, pensaron una apuesta: las dos mujeres más viejas de cada municipio presentarían dos jarras de vino, la que se lo bebiera antes ganaría la Dehesa. 
Ganó la de Bustarviejo aun cuando la viejecita de Miraflores le colocó un ratón en su jarra.

Ayuntamiento de Bustarviejo

LA CASA DEL MIEDO DE LA CODOSERA (Badajoz)

 

Entre el caserío de "El Marco" y el Santuario de la Virgen de Chandevila, junto a la carretera que conduce camino a Portugal se alza solitaria, abandonada y rodeada de zarzales una vieja casona, conocida en La Codosera y sus alrededores como la “Casa del Miedo”
Sobre esta casa han sido muchas las leyendas que se han tejido y que relatan sucesos paranormales ocurridos tanto en el interior de la vivienda como en sus inmediaciones. Se cuenta que, a principios del siglo XX, la familia que vivía en aquella casa sufrió durante años un autentico calvario debido a la gran cantidad de fenómenos extraños que en ella ocurrían. Los hechos que se relatan hablan de enseres domésticos que se desplazaban solos, puertas cerradas con llave que se abrían durante la noche, útiles de cocina que aparecían revueltos al amanecer o cántaros que se precipitaban desde el poyete de una fuente cayendo al suelo y quebrándose.
Pero la casa no comenzó realmente a tener fama hasta que el recovero Manuel Estrella no vivió el suceso más inquietante de su vida. Pasaba Manuel con un carro tirado por mulas por el camino que discurre delante de la vivienda, al llegar frente al inmueble las bestias se paran en seco negándose a dar un paso adelante. Por más gritos y palos que propinó a los animales estos no se movieron y en el momento en que más enfadado se encontraba, Manuel recibió dos sonoras bofetadas en pleno rostro. Pálido, sin saber de donde le habían venido, se bajó del carro huyendo despavorido.
Fue a partir de ese momento cuando se comenzó a conocer la casa como “La Casa del Miedo”. Estos hechos tuvieron una incidencia tremenda en el pueblo y algunos llegaron a afirmar que el mismísimo Satanás habitaba el lugar, pues existe otra leyenda que cuenta que a partir de las doce de la noche surgían de la casa siete cabezas que no eran más que siete fantasmas que poseían a todo aquel que se encontrase en sus alrededores.
Los más antiguos del lugar cuentan que estos extraños fenómenos dieron lugar a las apariciones de la Virgen en Chandavila en 1945, ayudando así a mantener la calma en el lugar.
En época de posguerra, esta casa, abandonada y fronteriza con Portugal, resultó ser un lugar idóneo como cuartel de operaciones para contrabandistas. Cuentan que los traficantes ayudaron a perpetuar aún más las leyendas en torno a la casona encantada para mantener así alejados a vecinos y curiosos.

Extremadura Misteriosa 

jueves, 17 de octubre de 2024

Amadeo Vives y los músicos

  


Amadeo Vives dirigía el ensayo de una de sus obras. En un momento dado dijo a los miembros de la orquesta:

—Ahora ustedes, los músicos...

—Perdón, maestro —le interrumpió uno—, nosotros somos profesores.

— ¡Ay! Es verdad, nunca me acuerdo. Ustedes son profesores, músico lo era Beethoven.

Carlos Fisas 

La torre de los Encantados = Barcelona

Sobre un cerro, muy cerca de Caldas de Estrac, se levanta la torre de los Encantados. Cuéntanse, acerca de esta torre de los Encantados, div...