El premio Nobel de Literatura que más tiempo ha vivido en Catalunya –ocho años, de 1967 a 1975– es Gabriel García Márquez. Fue en Barcelona donde experimentó la mayor mutación que puede sufrir un escritor: se transformó de autor minoritario en uno de los novelistas más famosos del mundo.
El regalo que pidió cuando llegó al millón de ejemplares vendidos de Cien años de soledad fue que le tradujeran ese libro al catalán (y que lo hiciera su amigo Tísner).
Desde 1975, su editorial principal ha estado en Barcelona. Y, desde mediados de los años sesenta, su carrera fue dirigida en lo económico –y estratégico– por la agencia Carmen Balcells. A pesar de no vivir en la capital catalana desde 1975, acudía regularmente casi todos los años y, tras una etapa en que se alojó en hoteles, se compró un piso que mantuvo hasta el final de sus días.
La lista de anécdotas, afectos, proyectos y amistades que ha generado García Márquez en Barcelona daría para varias enciclopedias.
La Vanguardia
El regalo que pidió cuando llegó al millón de ejemplares vendidos de Cien años de soledad fue que le tradujeran ese libro al catalán (y que lo hiciera su amigo Tísner).
Desde 1975, su editorial principal ha estado en Barcelona. Y, desde mediados de los años sesenta, su carrera fue dirigida en lo económico –y estratégico– por la agencia Carmen Balcells. A pesar de no vivir en la capital catalana desde 1975, acudía regularmente casi todos los años y, tras una etapa en que se alojó en hoteles, se compró un piso que mantuvo hasta el final de sus días.
La lista de anécdotas, afectos, proyectos y amistades que ha generado García Márquez en Barcelona daría para varias enciclopedias.
La Vanguardia
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