Dos noches son las que según la tradición se puede hacer el ritual, una es la noche de San Juan y otra el último sábado de Agosto.
Se le atribuye esta virtud a la playa por tener forma de concha que junto con el mar penetrando en la arena simbolizan la fecundación.
En esas noches llenas de leyendas, la Playa de A Lanzada cobra protagonismo especial, las mujeres que buscan un rápido embarazo, van a saltar las nueve olas, tradición a la que se apuntan los más valientes, que pasada la medianoche se atreven a darse un chapuzón, cuando la tradición solo habla de saltar las olas no de bañarse. Al baño se le atribuyen también poderes curativos o de buena suerte por lo que es curioso observar la cantidad de gente que se apunta a esta creencia.
Pero no se queda ahí la cosa, en lo alto está la ermita de A Lanzada, cuya entrada principal mira al mar, y unos pocos metros más adelante se encuentra la cuna de la Santa, un conjunto de piedras con forma de cama, otra pieza imprescindible del ritual de la fecundidad, allí las mujeres que deseen descendencia deben sentarse, acostarse…antes de irse a dar el famoso baño. Si lo que se busca es salud con hacer una ofrenda floral en la cama de la virgen es suficiente.
Si lo que quieres es quitarte el mal de ojo, al amanecer toca barrer la ermita y no de cualquier manera, el recorrido ha de hacerse por detrás del retablo y por delante del altar, haciendo un circuito completo alrededor de la bóveda que ha de repetirse tres veces. Este acto representa metafóricamente la limpieza del mal se barre por detrás para echar fuera todos los males.
Curiosas creencias pero con numerosos seguidores que incluso en las noches de San Juan llevan animales o personas enfermas buscando un milagro, unos por diversión, otros por creencia y otros buscando un milagro el caso es que esa noche la playa estará llena.
Vigo Peques
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