Entre las calles del Arco de Santa María y Gravina.
En el plano de Texeira no tiene nombre; en el de Espinosa se la denomina de Santa Bárbara la Vieja.
En 1745 el duque de Frías y el conde de Peñaranda cerraron esta calle; pero a los pocos años volvió a abrirse al tránsito público.
Tradición.—Cierta noche solicitaron unos hombres, del Guardián de un convento cercano a este sitio, la asistencia de un religioso que auxiliase a un moribundo. Salió el fraile acompañado de un lego, y en los caños de Alcalá comprendieron que lo que se quería era confesar a una joven y bautizar a un niño, para asesinarlos después. El grito de ¡Válgame Dios! proferido por la mujer, púsoles en conocimiento del crimen que se trataba de cometer, y merced al arrojo y valor del lego, pudieron frustrar el intento de los criminales. El hecho acaeció en un barranco que llevó desde entonces el nombre de Válgame Dios.
(Carlos Cambronero)
En el plano de Texeira no tiene nombre; en el de Espinosa se la denomina de Santa Bárbara la Vieja.
En 1745 el duque de Frías y el conde de Peñaranda cerraron esta calle; pero a los pocos años volvió a abrirse al tránsito público.
Tradición.—Cierta noche solicitaron unos hombres, del Guardián de un convento cercano a este sitio, la asistencia de un religioso que auxiliase a un moribundo. Salió el fraile acompañado de un lego, y en los caños de Alcalá comprendieron que lo que se quería era confesar a una joven y bautizar a un niño, para asesinarlos después. El grito de ¡Válgame Dios! proferido por la mujer, púsoles en conocimiento del crimen que se trataba de cometer, y merced al arrojo y valor del lego, pudieron frustrar el intento de los criminales. El hecho acaeció en un barranco que llevó desde entonces el nombre de Válgame Dios.
(Carlos Cambronero)
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