miércoles, 18 de junio de 2025

El castillo “Aunque te pese“ = Avila

Al sur de la pintoresca Sierra de Ávila en el terreno conocido también por el nombre de los Baldíos, se alza una vieja torre medio derruida, que, según la leyenda, tuvo el siguiente origen.

En los años turbulentos de la Edad Media, cuando en Ávila los grandes señores ejercían un omnímodo poder, uno de esos magnates tenía una hija, cuya hermosura atraía a los jóvenes de la ciudad. Era entre todos preferido uno que a su apostura física y valor guerrero unía delicadas prendas morales. Y de esta manera, la bella doncella y el joven noble, habiéndose declarado mutuamente su amor, determinaron verse en parajes secretos, ya en el jardín de la joven, ya en allguna oculta callejuela de la ciudad, con el complaciente auxilio de alguna vieja dueña.

Mas sea que las salidas de la joven fueran notadas por su padre o que obtuviese la revelación del secreto, forzando a ello a algunos de los que lo conocían, es el caso que se enteró del amor de los dos galanes. Y montando en cólera, amenazó a su hija con grandes castigos si persistía en su propósito. Y para alejar al galanteador, consiguió de las autoridades de la ciudad que aquél fuera desterrado y se le prohibiese pisar tierra de Ávila. Y aun consiguió del rey que refrendara tan injusto mandato. De esta manera, el mancebo hubo de salir de la ciudad; mas antes de partir se dirigió airado al padre de su amada, gritándole : «Aunque os pese, he de ver a Ávila».

Y tomando un buen número de servidores, los condujo a un para je cercano al actual pueblo de Sotalbo; levantó allí un fuerte castillo, desde el cual podía contemplar a la ciudad abulense y a la casa de su amada, situada sobre las mismas murallas. Ella también divisaba la torre en donde estaba desterrado el joven. Cada tarde, cuando el sol enrojecía los campos y alumbraba una orgía de oro en las torres de Ávila, el guerrero contemplaba la casa. Y así, en esta contemplación, el espíritu venció al cuerpo, y en un mismo día las almas de los amantes volaron libres de su prisión terrenal.

Y desde entonces aquel castillo se llamó «Mal que te pese».


Vicente García de Diego



lunes, 16 de junio de 2025

El Indalo de Almería - Mojácar

 


La Cueva de los Letreros y más concretamente el Indalo, fueron descubiertos hacia 1868 por el almeriense Antonio Góngora y Martínez. Dicha cueva, que da cobijo al Indalo, fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1924 y posteriormente Patrimonio de la Humanidad.

Durante siglos, antes de la catalogación del Indalo por parte de los estudiosos, fue símbolo de buena suerte y considerado un tótem en el norte y levante de la provincia de Almería, especialmente en Mojácar, donde lo pintaban con almagre para proteger las casas de las tormentas y el mal de ojo.

Los indalianos veían en su enseña un hombre ancestral sosteniendo un arcoiris y simbolizando un pacto entre el hombre y los dioses para evitar futuros diluvios. El estudio del dibujo muestra que la figura no representa otra cosa que un arquero apuntando hacia el ave que vuela sobre él.

La palabra Indalo podría tener su origen en la lengua de los íberos: indal eccius, mensajero de los dioses sin embargo es más reconocido el origen del nombre en homenaje al patrón de la ciudad de Almería, San Indalecio.

En las últimas décadas, el Indalo se ha convertido en el símbolo más representativo de Almería y lo almeriense.

La Virgen del Mar - Almería

 

Si todos los pueblos del mundo cuentan leyendas sobre sus orígenes para darles
importancia, la capital almeriense no podía hacer sino lo propio con sus símbolos. Tal
es el caso de la Virgen del Mar, patrona de la ciudad.
De acuerdo con la leyenda, se encontraba Andrés de Jaén haciendo guardia en Torre
García, una de las construcciones empleadas para la defensa de las costas
almerienses y del Reino de Granada, en 1502, cuando divisó a lo lejos una serie de
destellos. Asustado ante la manifestación, acudió a pedir auxilio.
Cuando llegaron el prior y sus hombres, vieron con asombro como se acercaba la luz
a la playa y sobre la blanca arena dejaba la imagen de la Virgen María con su hijo en
brazos. Acto seguido las olas depositaron a sus pies cientos de flores, lo que dió a
todo aquello un aspecto milagroso.
En 1806, el Papa Pío VII nombró por bula a la Virgen del Mar patrona de Almería.

(Siglo XXI)

viernes, 13 de junio de 2025

La leche en polvo De alto valor nutritivo

Aunque con cierto retraso, todo sea dicho, entre 1955 y 1963 llegó a España algo de ayuda huminitaria de Estados Unidos a través del llamado Plan ASA: Ayuda Social Americana.

Durante ese tiempo, en Auxilio Social, Hospital de Caridad, colegios nacionales y otras instituciones benéficas se repartió leche en polvo, queso y mantequilla, alimentos que al parecer tenían un «alto valor nutritivo». El queso, para recuerdo de algunos, era amarillento y pastoso, pero mal del todo no sabía; la leche se daba diluida en agua fría, y la mantequilla, extendida sobre el pan que los niños llevaban al colegio de casa.

Pero a buen seguro que en la «memoria gustativa» de muchos se conserva mejor el sabor de aquellas rebanadas de pan con aceite y azúcar para merendar, o con chocolate, quesitos, leche condensada, carne de membrillo, sardinas en aceite, Pralin y Tulicrem, que para todos los gustos había, o, en días especiales, el de unas soletillas, un suizo, una bamba de nata, una trenza, un mojicón, una magdalena Ortiz, un Bucanero, un Tigretón, un Bollycao, un Bony o unos Phoskitos, muchos de los cuales hasta traían estupendos cromos para coleccionar.

Y ya entrados en asuntos más contundentes, y según regiones y gustos, potajes con «pringá», patatas revolconas, pimientos asados, albóndigas con tomate, migas, higaditos, arenques, huevos pasados por agua, filetes rusos o arroz a la cubana..., que en comida internacional andábamos sobrados, y, si se terciaba, de postre, arroz con leche, gelatina Royal, flan Potax o Mandarín, Dany de chocolate, tarrina de helado Avidesa... y, de premio, unas galletas Chiquilín, Solsona o Fontaneda..., y un vaso de leche con Phoscao, aunque todo esto último mejor sería dejarlo para desayunar, salvo que se prefiriesen unos Mielitos o unos copos de cereales Nestun.




viernes, 6 de junio de 2025

La carrera del General Moriones

 


El general Moriones, procedente del campo republicano y de ideas un tanto avanzadas, presentóse en cierta ocasión a Alfonso XII. Temía el general la presencia del rey, que conocía perfectamente los antecedentes revolucionarios de Moriones, así que al comparecer ante el soberano exclamó:

—Señor, yo no puedo ocultar que he hecho toda mi carrera en la revolución.

—¿Qué era usted en 1868? —preguntó el rey.

—Capitán, señor.

—Pues poca carrera ha hecho usted —replicó don Alfonso— comparándola con otras y, sobre todo, con la mía. Yo en 1868 era soldado raso y ahora me encuentro de capitán general.

Carlos Fisas

El matrimonio más corto de la historia



Faltaría hablar del castillo de Sigüenza, reconvertido en Parador. No solo ofrece una de las mejores vistas de la ciudad, sino que fue el escenario de uno de los matrimonios más cortos de nuestra Historia, el de Blanca de Borbón con Pedro I el Cruel, quien rompió el enlace la noche de bodas al enterarse de que el rey de Francia, tío de su esposa, no pagaría la dote acordada de 300.000 florines de oro. 

Doña Blanca fue repudiada y confinada en el castillo. De ahí que, según propios y extraños, su fantasma pulule por las habitaciones en las noches frías.

El Mundo 

La Diosa Ataecina

 

La diosa Ataecina era la Gran Diosa ibérica venerada en la región regada por el Guadiana, si bien recibió culto en otras áreas más apartadas. Es el nuevo avatar de la ancestral diosa Ana. Se cree que el nombre de Ataecina proviene del nombre celta ate gena, “nacida de nuevo” o «renacido». La diosa Atecina, (Ataegina, Ategina, Adaecina, Adegina… depende de la zona) fue una deidad ctónica adorada por los antiguos ibéros, lusitanos, carpetanos celtas y celtíberos en la Península Ibérica, una de las deidades ibéricas más importantes , adorada en la época del Bronce, a la que se rindió culto prácticamente en toda la Península Ibérica antes y durante la ocupación romana, al menos en los tres primeros siglos del Principado. 
Tiene las mismas o parecidas funciones que la Perséfone griega o la Proserpina latina, y de hecho en varias inscripciones aparece sincretizada con esta como Araeciba-Proserpina como en la aparecida junto al pantano romano de Mérida. Las antiguas poblaciones de la Península Ibérica, se refieren a ella como Domina Dea Sancta, la “Señora Diosa Santa”. Es abundante la presencia de ermitas dedicadas a la Virgen, la cual suele aparecer bajo el nombre de Virgen de la Fuente Santa (o simplemente de la Fuensanta),

El castillo “Aunque te pese“ = Avila

Al sur de la pintoresca Sierra de Ávila en el terreno conocido también por el nombre de los Baldíos, se alza una vieja torre medio derruida,...