viernes, 6 de septiembre de 2024

Galcerán Guerao de Pinós

 

En el siglo XII, Alfonso, emperador de Castilla, sostenía reñidas batallas contra el rey moro de Granada. El conde de Barcelona acudió en su ayuda fletando naves catalanas y genovesas. 

Era almirante de las primeras Galceran Guerao de Pinos. En su afán de victorias se adentró demasiado en territorio ocupado por los sarracenos y cayó prisionero. Sus padres , los señores de Baga, estaban desesperados. El conde de Barcelona se puso en tratos con el rey musulmán para ver que rescate pedían por el almirante. El monarca granadino, enfurecido por la perdida de Almería, pidió un rescate exorbitante: cien mil doblas, cien caballos blancos, cien vacas, cien paños de oro de Taurin y, lo que era peor de todo, cien doncellas. 

Los señores de Baga se horrorizaron ante la ultima condición, y aun sintiéndolo mucho no podían consentir que por rescatar a su hijo cien familias fueran desgraciadas por la perdida de sus hijas. No obstante, fueron muchos los poderosos señores que opinaron que el pueblo debía de sacrificarse, ya que el almirante significa mucho para la cristiandad .

Asi que el que tuviera cuatro hijas debía entregar dos, el que tuviera dos una, y el que tuviera una se sortearía con otro que tuviera también una. Recogieron todo y embarcaron todo lo que exigía el rey moro y partieron para embarcar en la playa de Salou. 

Entretanto el prisionero estaba pasando penalidades en una lóbrega mazmorra, con el también se encontraba el señor de Sull. Varias veces intentaron evadirse pero no fue posible. Galceran solo soñaba con su casa de Baga, sus salones, sus jardines y su capilla, el recuerdo de esta le trajo a la memoria el pensamiento de encomendarse a san Esteban el patrón de su casa, rezo con mucha devoción al santo su salvación. Termino de rezar y vio como se abría la mazmorra y un hombre lo cogió de la mano y lo saco hacia fuera, el almirante siempre cortés miro al señor de Sull y el hombre le dijo que rezara y se encomendara al santo patrón San Dionisio el cual también acudió en su ayuda para ponerlo en libertad. 

Se pusieron en camino a media noche y vieron al clarear el día que ya estaban cerca de la playa de Tarragona. Continuando por el camino de Baga, vieron de pronto en las arenas de Salou, una gran aglomeración de gente. Eran las doncellas que que iban a embarcar para entregarse como rescate de Garceran, al reyezuelo moro de Granada. 

Todos celebraron con gran jubilo la liberación del almirante, y cuando mas tarde Valenia fue conquistada, Galceran Guerao de Pinos mando levantar la iglesia de San Esteban, de aquella capital, en acción de gracias.

(texto de "La velleta verda)

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