El Ibón de Plan, conocido popularmente como Basa de la Mora, es uno de los rincones más mágicos del Pirineo. Antiguos glaciares moldearon el macizo de Cotiella y dieron lugar a este hermoso ibón rodeado de singulares paredes y ubicado a más 1.900m de altura.
La magia de este lugar, sin embargo, no solamente se la otorga su belleza, si no también la leyenda que se cuenta. De hecho, su nombre, deriva precisamente de ella.
Dicen las gentes de la Val de Chistau que antiguamente, en tiempos de conflicto y violentas luchas entre moros y cristianos, una joven princesa mora llegó hasta aquí huyendo de la guerra. Sin embargo, no pudo seguir su camino, se perdió y su alma y espíritu quedaron atrapados en el lago para siempre.
Cuenta la leyenda que cada amanecer del día de San Juan aquellos que se lavan la cara con la cristalina agua del Ibón y tienen un corazón puro y limpio, pueden contemplar la figura de la mora. Su silueta se alza y danza en el medio del ibón vestida con joyas y serpientes de colores que brillan con los primeros rayos del amanecer.
Tal es la tradición de este ibón en la cultura popular de la Val de Chistau que existe un dicho que se ha trasmitido de generación en generación: “Si ye que i puyas bela maitinada de San Chuan ta ibón y no la bieses habrás de pensare en laba-te l´anima… solo es güellos limpios, pueden viere a la princesa mora de las cumbres”.
La ruta hasta la Basa de la Mora es una excursión muy popular en el Pirineo. Se puede acceder caminando desde las localidades de Plan o Saravillo (en ambos casos con una duración aproximada de 3h de ida y unos 960m de desnivel) o también es posible realizarla de una forma más sencilla: acceder en coche y por pista hasta el refugio de Lavasar (14km) y desde aquí caminar hasta el ibón en unos 20min.
Cima Norte
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