sábado, 31 de agosto de 2024

Leyenda del Lapa = Cabrera (Baleares)

 

En 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, se produjo un trágico accidente militar muy cerca de la Isla de Cabrera. Por cuestiones sin determinar, un avión alemán “Dornier” se precipitó al mar con sus 4 tripulantes. De todos ellos, solo uno sobrevivió, y posteriormente recuperaron el cadáver de otro que fue enterrado en el cementerio de Cabrera. Johannes Bóckler, que así se llamaba el fallecido, permaneció enterrado en la pequeña isla hasta 1982, cuando sus restos se trasladaron al cementerio de Cuacos de Yuste (Cáceres). En este cementerio están enterrados los soldados alemanes de la Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial que llegaron a las costas y tierras españolas debido a naufragios o al derribo de sus aviones. Según cuenta la leyenda hubo un error al identificar el cuerpo (hecho absolutamente falso) y el alma del soldado sigue en la isla, vagando como un fantasma al que denominan “el Lapa”. Todo lo que sale de lo normal en Cabrera se le atribuye “al Lapa”... y dicen que muchas noches es posible aún escuchar sus lamentos.
El único superviviente, Hans Kieffer, dejó escritos varios testimonios de los hechos: una carta en la que notificaba la muerte de Bóckler a sus padres y otra donde explica los detalles del accidente a Volksbund  Kriegsgráberfúrsorge (Asociación alemana para el cuidado de las tumbas de soldados).

Paraíso balear

El Cristo de la Misericordia - Córdoba


Ramírez de Arellano en Paseos por Córdoba nos cuenta como cerca de la Iglesia de Santa Marina (entre la calle Muro de la Misericordia y Moriscos) estuvo el Hospital del Cristo de la Misericordia. Su titular era un Crucificado quién, según la leyenda, se llamó de la Misericordia por el milagro que realizó cuando, un hombre del barrio quedó ciego. Nada de lo que le dieron le devolvía la vista. Su desesperación iba en aumento hasta que un día entró, y puesto frente al Cristo, le dio un terrible golpe con su bastón y le gritó "¿para qué me sirves, si no puedes devolverme la vista?" En ese momento, sus ojos vieron la luz y la voz corrió por la ciudad, llamando al Cristo de la Misericordia por la que había mostrado ante quién tan mal le tratara.

(Cordobapedia)

Leyenda del Moro Ciego - Valldemosa (Baleares)


En Argel había un cautivo mallorquín que estaba en casa de un señor moro que era ciego, porque éste le había comprado como esclavo. A este cautivo, el señor le tenía mucha estima, porque era muy buen chico, y sabía hacer muy bien todos los trabajos.
Un día el señor le dijo:
- Si hicieras lo que yo te pidiese y no me engañases, te daría la libertad y todo el dinero que quisieras.
- Diga qué quiere que haga.
- Si te enviase a Mallorca, no volverías, porque ésa es tu tierra, pero si regresaras, te aseguro que estarías muy contento de mí.
- Diga qué quiere que haga en Mallorca, y confíe en mi palabra.
- Tú, ¿de que pueblo de Mallorca eres?
- De Valldemossa.
- Debes conocer el Puig de Na Fátima, ¿o no?
- Sí, señor, y mucho que lo he recorrido yendo a coger carrizo.
- Pues bien. Te daré siete pares de zapatos, y con estos siete pares de zapatos te irás a Mallorca.
- Cuando estés allí, el lunes te pondrás un par de zapatos, y con el par de zapatos puestos, irás a lo alto del Puig de Na Fátima y te pasearás por allí todo el día.
- Por la noche, te sacarás los zapatos, les harás una marca para saber que son los del lunes, y los guardarás bien guardados.
- Al día siguiente, el martes, te pondrás otro par de zapatos, y con este par de zapatos puesto, irás de nuevo a lo alto del Puig de Na Fátima y te pasearás todo el día por allí. Por la noche, les harás una marca para saber que son los zapatos que has llevado el martes, y también los guardarás bien guardados.
- El miércoles, te pondrás otros zapatos y harás lo mismo, y el jueves lo mismo, y el viernes y el sábado, hasta el domingo, que te pondrás el par de zapatos que hará siete, y todos les pondrás la marca del día que los habrás llevado.
- Después, volverás aquí en seguida, y me traerás los siete pares de zapatos bien envueltos, y ten mucho cuidado a perder alguno.
- No se preocupe, que todo se hará así como usted dice - dijo el esclavo.
- Bien - dijo el señor -. Si vuelves, te aseguro que no te arrepentirás, porque después te daré la libertad y todo el dinero que quieras.
El cautivo fue a Mallorca, hizo todo lo que su amo le había dicho, volvió a Argel, y le trajo los zapatos así como debía. Cuando el señor vio que había vuelto, se puso muy contento, porque ya creía que no volvería, y en seguida cogió los zapatos del lunes, se los pasó y los frotó por delante de sus ojos... y nada
Cogió el par de zapatos del martes, se los pasó por delante de los ojos....y nada
Cogió el par del miércoles, el del jueves, el del viernes y el del sábado y todos se los pasó por delante de los ojos....y nada
Cogió el par que hacía siete, que era el del domingo, y se lo pasó por delante de los ojos, y en seguida se curó de su ceguera y a partir de aquel momento podía ver muy bien. Y fue gracias a la virtud de las hierbas que habían pisado aquellos zapatos.
El señor abrazó al cautivo, y le empezó a besar, y después le dio la libertad y unos cuantos talegos llenos de dinero.
El cautivo regresó a Mallorca y vivió muy bien toda su vida, y sus descendientes todavía son ricos.

Cuentos populares

La vaquiruela o vacaloria de Santas Martas = León

 


Nos contaron los misterios de estos pagos tan majestuosos. Allá en Santas Martas existió el poblamiento que vivía al calor de la abadía. Pueblo religioso acunado por las campanas que tañían estrellando sus ecos entre las paredes de la caliza de Los Calderones. Las ceremonias litúrgicas s/e observan con respeto.
Y se dio la caridad al terminar la misa, y las gentes comenzaron a sentir espantosos dolores de vientre, y días más tarde iban muriendo lentamente entre ayes lastimeros, hasta no sentirse en el poblamiento más que los mugidos de las vacas y los validos de las ovejas.
El pan se había repartido como siempre. Ese pan bendecido en la misa, y que llaman la caridad; del que todos comen en fraternidad y unión. Pero la mujer que lo había amasado, de noche, a la luz del candil de grasa, se fue por el agua al arroyo y en la olla de agua tomó, sin advertirlo, una vacaloria que se quedó entre la masa, envenenándola.
Así murió toda la gente de Santas Martas; por el veneno de la vacaloria que se filtró en la masa del pan de la caridad dominguera.
Solamente se libró una viejecita que había quedado en casa, enferma, sin asistir a la misa. Y como única superviviente quedó dueña del terreno de Santas Martas.
La viejecita fue recogida por un marqués, a cambio de la hacienda comunal. Pasados los años el marqués vendió los terrenos a los vecinos de Otero de las Dueñas, actuales copropietarios de los valles y puertos de Santas Martas.

viernes, 30 de agosto de 2024

La última batalla de Almanzor

 

Almanzor fue el azote de los reinos cristianos entre los años 977 y 1002. Realizó decenas de campañas de conquista, sometimiento y saqueo y nunca fue vencido por las tropas de los distintos reinos y condados cristianos. No es de extrañar que su muerte, acaecida en el año 1002 en Medinaceli, fuera el origen de alguna leyenda.

La leyenda
Así se cuenta que Almanzor, tras haber asolado Galicia y haber profanado Santiago de Compostela, se encaminó hacia Castilla. Pero las tropas del rey Bermudo II de León y del conde García Fernández de Castilla le salieron al paso en la localidad de Calatañazor (Soria). El enfrentamiento fue duro, encarnizado, y murieron miles de musulmanes y al llegar la noche Almanzor, comprendiendo que no podía vencer, se dio a la fuga. Al día siguiente, las tropas cristianas fueron hacia el campamento enemigo pero lo encontraron vacío aunque repleto de botín.
Esta fue la primera derrota y, a la vez, la última batalla de Almanzor. Y algo admirable ocurrió después: desde el mismo día de la derrota, un hombre, que parecía pescador, se lamentaba en las calles de Córdoba en castellano y en árabe exclamando: «En Calatañazor perdió Almanzor el tambor», lo que viene a significar que Almanzor perdió su alegría, pues había sido derrotado por primera vez. La figura aparecía y desaparecía y cuentan que seguramente se trataba del diablo que lloraba el desastre de los musulmanes. Desde ese día, Almanzor no quiso ni comer ni beber y acabó por morir en la ciudad de Medinaceli, donde fue sepultado.

El hecho histórico
Realmente Almanzor no fue derrotado en ninguna aceifa por los reyes de León o los condes de Castilla. Tampoco ninguna de las campañas de Almanzor ocasionó un enfrentamiento lo suficientemente importante en Calatañazor para que aparezca en las fuentes históricas fiables. La última campaña de Almanzor se desarrolló en el año 1002 siendo rey Alfonso V de León y conde de Castilla Sancho García. Esa campaña se dirigió desde Clunia, pasando por la Sierra de la Demanda, hasta Canales de la Sierra y San Millán de la Cogolla, monasterio que fue arrasado. A su vuelta, Almanzor vio agravada su artritis gotosa y acabó por fallecer en la ciudad de Medinaceli, el 9 de agosto. Fue sepultado en esa misma ciudad.

La cuna del castellano - San Millán de Cogolla (La Rioja)

 


Los reinados de Sancho I y Ordoño IV coinciden con el nacimiento de nuestro castellano. Mientras los primos reales y los nobles andan metidos en peleas y el conde Fernán González ejerce de arbitro de la situación política como si se tratara de una partida de ajedrez, dando jaque mate a los reyes de León, en un rinconcito del condado de Castilla se están dando los primeros pasos del nacimiento de la lengua castellana. 
Ocurrió en el pequeño monasterio de San Millán de la Cogolla, conocido por Suso (de arriba), donde un monje traduce un sermón de san Agustín en romance vulgar. Escribe unas anotaciones (glosas) al margen del texto con la idea de aclarar algunos términos escritos en latín culto y así facilitar su lectura e interpretación. Aquellas primeras palabras, que también aparecieron al mismo tiempo en otros documentos del monasterio de Silos (Burgos), fueron llamadas glosas emilianenses (San Millán) y silenses (Silos). Estas fueron algunas de aquellas palabras traducidas: incólumes [sanos y salvos], prius[antes], manifestant [parecen], limpha [agua|, memoralio [memoria] y módica [poca].
Y así, en aquel ambiente de rebeldía y separación, la nueva lengua participó en la declaración de distinción y diferenciación con respecto a la lengua leonesa, el viejo latín, anclado en el pasado y sin evolucionar. El castellano se mostraba con una personalidad innovadora que fue modificando rasgos lingüísticos aportando avanzadas soluciones fonéticas como la diptongación de las vocales e (septe [siete]) y o (porta [puerta]).

(Javier Leralta)

Pepa a Loba - Galicia

 


Pepa a Loba es una figura mítica de Galicia, una legendaria bandolera gallega de finales del siglo XIX,​que según la leyenda consiguió su fama asaltando caminos y robando a los caciques y a los curas.

Dudas sobre su existencia

Los cuentos que hablan de la existencia de una bandida llamada Pepa a Loba, que dirigiría su propia banda de ladrones, son muchos y están repartidos por toda Galicia. Todos ellos hacen referencia al siglo XIX.

Además de los cuentos, existe una referencia escrita que parece probar la existencia real de Pepa a Loba y es una mención que la escritora y penalista Concepción Arenal hace de ella después de una visita a la cárcel de A Coruña.

El escritor Carlos Reigosa, autor de una novela sobre la vida de Pepa a Loba, entiende que, según sus fuentes, la famosa bandida debió nacer en el norte de la provincia de Pontevedra en la década de 1830, que actuó en las tierras del centro de Galicia, desde Monterroso hasta la costa occidental, y que en los años sesenta cambió su ámbito de operación hacia las tierras del norte de Lugo. Según Reigosa, además, habría testigos populares que apuntarían a la existencia de una casa de su propiedad en la Terra Chá y que antes de estar presa en A Coruña había pasado por la cárcel de Mondoñedo.

La teoría de la autoría múltiple

Otra posibilidad que se baraja es que hubiera más de una Pepa a Loba. De esta manera, una primera bandida llevaría este apodo, y otras mujeres que se dedicaron al bandolerismo adoptarían o bien serían conocidas por la misma denominación. Eso podría explicar la cantidad de referencias a la existencia de Pepa a Loba que se dan por toda Galicia.


Mitología gallega

Pepa a Loba es la mujer arquetipo del bandolerismo generoso muy extendido en Europa como Robin Hood en Inglaterra. Puede tener relación con la reina Lupa, mencionada en el Códice Calixtino y tiene semejanzas con la Peeira dos Lobos también conocida como hada de los lobos, ambas pertenecientes al imaginario popular de la mitología gallega.

Leyenda de bandolera

Emilia Pardo Bazán y Ramón María del Valle-Inclán, entre otras personalidades de la literatura gallega del siglo XIX, le dieron vida a un bandolerismo en Galicia imitado del bandolerismo andaluz, pero sin la realidad sociológica gallega. Es probable que la lectura popular de esa literatura creara las leyendas que desde finales del siglo XIX recorren toda Galicia con las aventuras extraordinarias de la ladrona Pepa a Loba.

En 1968 Aurelio Miras Azor escribió la novela Juventud de Pepa Loba; o como la sociedad creó una delincuente. Gracias al ejercicio de su profesión como abogado por tierras gallegas (A Estrada, Rodeiro, Lalín, Bandeira) tuvo acceso a mucha información que le ayudó a escribir su libro.

Su repercusión se prolonga hasta la música, de la mano del grupo gallego Heredeiros da Crus, que titularon su primer álbum en 1994, A cuadrilla de Pepa a Loba. Inspirado en Pepa a Loba nace en 2017 el grupo A banda da loba, integrado por cinco mujeres que reivindican el papel de la mujer luchadora como fue la mítica bandolera y a quien dedican la canción Pepa en la que se cuenta su historia.

Wikipedia 

La muerte de Ventura de la Vega

 


El diario más popular en aquella época era La Correspondencia, periódico de noticias llamado entre los políticos «el gorro de dormir».

Unionista y conservador, sabía cautelosamente ocultar sus ideas y era celebrado por la espontaneidad con que daba las noticias de modo siempre irreflexivo. Así sucedió cuando comunicó a sus lectores el fallecimiento de Ventura de la Vega.

El autor de El hombre de mundo luchó varios días entre la vida y la muerte y La Correspondencia reflejaba el estado del enfermo. Llega el triste momento y el diario insertó la noticia en estos términos: —Hoy, por -fin falleció don Ventura de la Vega.

Carlos Fisas 

Leyenda del moro enamorado - Valldemosa


De esta historia han pasado ya muchos años, tantos, que ni la gente mayor de Valldemossa recuerda bien cuándo ocurrió. Según cuenta, había un gran señor musulmán que tenía un valle maravilloso que, al llegar los meses de enero y febrero, se llenaba de flores blancas y rosadas que lo perfumaban todo. Era un hombre joven, alto y delgado, y con una barba tan negra y suave que parecía un cielo de noche lleno de estrellas. Se había hecho construir un palacio maravilloso, lleno de fuentes, jardines, mármoles y riquezas. Contenía abundantes cofres de oro llenos de piedras preciosas, alfombras y cortinas de todos los colores de l'arc de Sant Martí... Esclavos de todas las razas hacían de criados, de músicos y de bailarines. Pero la joya que más quería de todas, la que más llenaba de orgullo a este moro, que se llamaba Mussa, era una cautiva cristiana, una joven de cabellos dorados y ojos azules, de la cual estaba locamente enamorado. También ella le correspondía con su amor, haciéndolo feliz con sus caricias y risa fresca.
A Mussa le gustaba dar largas caminatas por sus dominios, se entrenaba diariamente con el uso de las armas, nadaba bajo el agua con una resistencia que ponía la piel de gallina y ni un solo día dejaba de cabalgar horas y horas montando a Hijo del desierto, su caballo.
Aquella tarde, como era habitual, había salido a dar un paseo a caballo, y como siempre se había parado a admirar la puesta de sol; una orgía de colores se mezclaban en el cielo: azules, verdes, rojos...
Sí, rojos eran los rayos de sol que caían sobre su palacio, demasiado rojos...
A Mussa esto le pareció un mal presagio y, espoleando a su caballo, empezó a correr como un loco. Un mal pensamiento le perseguía.
Al llegar, entró en el jardín subiendo los escalones de tres en tres, su amada siempre le esperaba en el balcón, pero esta vez no estaba, como tampoco sus esclavas Aixa y Fátima, ni Alí, el eunuco que siempre la defendía. Los perros habían enmudecido, todo estaba en silencio, un silencio que daba miedo.
Entró en la casa y el espectáculo que descubrió era aterrador. Todo estaba lleno de sangre. Peor todavía: encontró las habitaciones con los cadáveres de los guardias y de sus servidores, los perros habían sido degollados. Habían desaparecido los cofres de oro y las joyas. Todo había desaparecido.
Pensó que sólo podían haber sido los piratas, que siempre dejaban su sello de salvajes. Que se habían aprovechado de su ausencia para atacar y saquear su palacio. Subió a la torre más alta y, según dicen, sus gritos de dolor eran tan fuertes que podían oírse a lo largo de todo el valle. Miró al mar, y vio una galera y tres botes de remos que se le iban acercando. En seguida reconoció la embarcación: era la galera de Jusuf Jalid, el terrible pirata que dominaba las costas del Mediterráneo. Hacía tiempo que había jurado vengarse de Mussa por una derrota que no podía olvidar. Tiempo atrás habían hecho una apuesta sobre cuál de los dos caballos que tenían era el mejor, e Hijo del desierto, el caballo de Mussa, había ganado a Hijo de Omar, que era el caballo de Jusuf Jalid. Para poder rescatar a su enamorada, Mussa corrió al galope hacia la playa y allí vio cómo la galera pirata se alejaba mar adentro.
Mussa entonces se puso a pensar el castigo que podría dar al pirata, pero lo dejó para cuando llegara la mejor ocasión. Hasta que un día, sin pensarlo más, se tiró de cabeza al agua y comenzó a nadar con brazadas largas y seguras. El pirata empezó a temblar cuando lo descubrió, porque conocía muy bien a Mussa y sabía que sus venganzas solían ser terribles. Cuando ya estaba cerca de la galera, Jusuf dio orden a sus hombres de que dispararan flechas a Mussa, que de pronto había desaparecido bajo el agua. Los piratas, pensando que lo habían herido, lo creyeron muerto y se pusieron a gritar de alegría. De pronto un grito de sorpresa salió de todas las gargantas: sobre la cubierta de un bote, había subido Mussa, quien se sacudía el agua, con la mirada feroz y con un puñal en la mano derecha. Entonces, de un salto felino se lanzó sobre el capitán de los piratas y le clavó el puñal en el corazón. Los demás piratas, en cuanto vieron aquello, se arrodillaron para pedirle perdón y rogar que los tomaran por esclavos.
La aparición de su enamorada sana y salva, acompañada de su fiel eunuco Alí, le hizo olvidar sus ansias de venganza que, una vez muerto el pirata mayor, ya no tenían fundamento. Así que dio orden de orientar la nave hacia la playa para retornar a palacio.
Y en el mismo lugar donde había estado el palacio, aquel palacio maravilloso, la seguridad de un castillo dominó desde entonces todo el valle. Y fue a este valle al que la gente llamaba «Vall d'en Mussa», «Valldemussa», lo que ha acabado conociéndose como «Vallde-mossa». Y se dice que aquel castillo de oro se convirtió en la actual Cartoixa.

Tío Carlos Producciones

jueves, 29 de agosto de 2024

El lago de Banyoles = Gerona

En la provincia de Girona, ubicada en Cataluña, existe un lago llamado Estany de
Banyoles, que es el más grande de toda la comunidad y uno de los más extensos de
España. Tal como ocurre en el Lago Ness, cuenta la leyenda que en el Bañolas existe un monstruo con forma de dragón (tiene piel gruesa, puas, alas, colmillos, grandes patas).
Han sido varios los intentos por encontrarlo y matarlo, desde Carlomagno hasta un
emperador con ayuda del ministro francés San Emeterio.

Así mismo, contaban los vecinos que este dragón es el responsable de las desapariciones de ganado, de inundaciones y terremotos. En épocas más recientes, se atribuyen a este monstruo desapariciones de turistas e incluso de aviones.


El Nazi de Llombai - Alicante

 

En el Vall de Gallinera, concretamente en el Llombai alicantino, apenas resiste en pie el lateral de una calle. Aunque ahora se haya rehabilitado una de sus casas y alguna otra conozca vecino, hace muchas décadas que el pueblo fue abandonado a su suerte. Fue a finales de los 40, cuando la soledad se le presentaba como el mejor refugio, cuando Stefan Gregor llegó a Llombai despertando la curiosidad en los alrededores. Hombre de actitudes poco corrientes, Don Estéfano, españolizado ya su nombre, gustaba de apropiarse de huertos ajenos y, por vaya usted a saber qué motivo, dio sepultura a su automóvil  en un corral. Habitante único de Llombai, parece que Stefan intentaba dejar atrás un pasado reciente de esvásticas y brazos en alto; de desesperación, dolor y muerte que él mismo podría haber provocado. O intentaba redimir sus pecados o, lo más probable, huir de quienes lo perseguían para hacer justicia. ¿Criminal de guerra? Según la revista Spiegel, Gregor era austriaco y había sido jefe de uno de los crematorios de un campo de concentración nazi. Aún así, al día de hoy no se puede confirmar que esto sea cierto, pero su comportamiento, aunque quizás de orate, apuntaba a ello. Vivió en Llombai, pero se construyó una casa en lo alto de la atalaya rocosa de Penya Grossa, al lado de los restos del castillo de Benissili, un lugar privilegiado para vigilar los caminos y quitarle las ganas a quien pudiera querer apresarle, cosa que ya se había intentado infructuosamente. Con burros, nos cuentan, solían subirle los enseres a esa casucha, hoy convertida en refugio de montañeros. «El nazi de Llombai», como se le llama popularmente, murió sin aspavientos, pero su sombra creció aún más al hallarse en su casa unos jeroglíficos indescifrables y un manuscrito en el que se leían las palabras Kremlin y Rasputín. ¿Quién era este hombre?

(Mitos y Leyendas en la provincia de Alicante)

Los enamorados de la Olivera grossa - Villajoyosa (Alicante)

Cuenta la leyenda que hace ya mucho tiempo, durante la invasión musulmana, una joven cristiana y un apuesto joven de familia árabe se enamoraron. Claro está que su amor era imposible a causa de las diferencias sociales, ideales y religiosas de sus familias que jamás permitirían el enlace. Pero este amor, además de imposible, era también muy poderoso, así que cada noche se encontraban junto a un enorme olivo que actualmente lleva a La Ermita de Sant Antoni.

No obstante, un día fueron descubiertos y la noticia llegó a oídos de sus respectivas familias y fue entonces cuando les prohibieron volver a reunirse. Pero como ya os he contado, su amor era muy fuerte y quisieron que jamás desapareciese de la tierra. Así pues, una noche, la última, se volvieron a reunir en el olivo bajo la luz de la luna. Cada uno de ellos llevaba un anillo, símbolo de unidad y, juntos, los arrojaron al interior de los nudos de la madera del árbol.

Cuenta la leyenda, que esos anillos siguen en el más profundo corazón de este enorme árbol y que siguen alimentándolo de ese bonito amor prohibido del que un día fue testigo.

Olearum


Las cuatro barras catalanas

Reinaba en Francia Carlos | cuando invadieron el país los normandos.

El emperador envió a su sobrino Vifredo el Velloso, conde de Barcelona, una carta, en la que le pedía que acudiera en su ayuda con sus guerreros.


El conde se puso en camino inmediatamente con sus mesnadas y entró en la batalla, batiendo a los normandos, que se retiraron vencidos.


Una flecha se hincó en el pecho de Vifredo, junto al corazón. Fue retirado a una tienda, donde le visitó el emperador.


Quiso el tío recompensar al sobrino por su hazaña dándole riquezas y bienes. Éste rehusó toda recompensa, doliéndose únicamente de que, a pesar de las muchas victorias que había obtenido en las diversas batallas en que había tomado parte, su escudo de armas era liso: campo de oro, sin insignia ninguna que revelara sus muchas gestas.


El emperador Carlos, entonces, mojó en la herida de Vifredo los cuatro dedos de su mano derecha y los pasó por el escudo, marcando en él el escudo de Cataluña, Valencia y Aragón.


Vicente García de Diego 




miércoles, 28 de agosto de 2024

La panaderita de Préjano = La Rioja

 



Vivía en aquellos tiempos enfrente del castillo de la histórica villa de Préjano, al otro lado del riachuelo Yasa de los Valles, cerca de la ermita, un ricacho llamado Severo. Tenía a su servicio a una muchacha llamada Beatriz, estimada en el pueblo por su probada humanidad.
Abundaba el hacendado en tierras y olivares; exprimía a los jornaleros y aún ansiaba sacar más de su horno de pan al que acudían los vecinos.
- No te das mala maña con el horno, Beatriz, pero tenemos que sacarle más dinero.
- Pues como no le meta usted oro...
- ¡Te tengo dicho mil veces que no me des esas contestaciones!
- Y yo le tengo dicho, señor Severo, que aquí no hay más harina que la que se cuece.
- Ahora que se acercan los Reyes -abajó la voz el avaro- podrías preparar para los lambiones rosquillitas, tortas de anís, sobadas con chinchorras, preñaos...
- Sí, como si no tuviera bastante con las labores de casa.
Beatriz aparejó la mula y fue al monte a por leña. En la noche de Epifanía la Peña Isasa regaló una manta de nieve; Préjano salió blanco de la oscuridad.
La sirvienta sacó del horno la primera torta, golpeó su bajo con los nudillos y se confirmó: "Está hecha". Había cocido tres hornadas; a la tercera, la de sus amigos los pobres, le había untado por encima con una pluma de gallina huevo batido.
- ¡Felices Reyes, Beatriz! ¿Te han traído algún aguinaldo? -asomó su hocico el mísero.
- Pasar la noche caliente en la boca del horno.
- Otra cosa es. Yo me voy a San Miguel a pedir por los del pueblo. ¿No vas tú?
- Iré luego a San Esteban. Todavía quedan bastantes del pan por venir.
- No se te ocurra darles nada a esos desgraciados de los pobres; me han dicho por ahí que les regalas pan a escondidas. Los pobres no dan más que sarna y piojos.
El del puño prieto cruzó el puentecillo. "¿Cómo no le dará San Miguel con la lanza en la cabeza a ver si lo cura un poco? Porque este hombre es bastante peor que el demonio ese que pisa el arcángel guapo", se dijo la joven.
Cuando acabaron de marchar los vecinos cogió el escriño mayor, lo retacó de las mejores tortas y arreó con él para dárselo a los pobres, tan a punto que el roñoso de Severo tornaba por el puente. La escena tenía su miga.
- ¡Te pillé, ladrona!
- ¡Ojo, señor Severo, que quien dice lo que no debe, oye lo que no quiere!
- ¡Ladrona, sí, del pan que me gano con el sudor de mi frente! ¡Destapa ahora mismo el que llevas en el escriño!
Los ojos de Beatriz recorrieron su villa querida y fueron a posarse sobre la cercana ermita, alba en la nieve.
- Señor Severo, son flores para la Virgen del Prado...
- ¡Y yo voy y me lo creo! ¡Flores con nevada! ¡Viejo soy: jamás lo he visto!
Ha retirado el paño la doncella: el escriño es un cielo de colores.
El mezquino golpea el barro con la contera de su bastón y se precipita en su madriguera gruñendo:
- Lleva ese escriño a donde ibas, chiquilla...

Antonio Sánchez - Chorra al aire = Comunidad madrileña

 

La Guerra de la Independencia provocó la proliferación de la figura del bandolero. En este contexto histórico vive el hombre al que aquí nos referimos. Antonio Sánchez, apodado Chorra al Aire, nace en Torrejón de Ardoz en 1792. Se trata de un guerrillero integrante de la partida de Vicente Sardina y actuaba en las proximidades de Madrid cortando a los correos franceses su camino hacia Burgos.
Tenía un gran conocimiento de la sierra lo que le sirvió para escapar de los franceses en numerosas ocasiones. Cuando terminó la guerra, se dedicó, junto con los de su partida, a robar diligencias y asaltar a los viajeros que intentaban pasar los puertos de montaña rumbo al norte.
Mantenía como lugar de reunión la Venta de la Pesadilla, en el Molar, convirtiéndose en lugar de refugio para varias partidas. Contaban con la connivencia del posadero y de vecinos de la zona, que les avisaban de cuándo llegaban los guardias en su busca.
Fue uno de lo bandoleros más sanguinarios ya que no dudaba en utilizar la violencia para conseguir sus fines. Tuvo multitud de denuncias en los pueblos donde actuaba, pero se desenvolvía con soltura. Escapó de un cerco de más de treinta hombres cuando robaba en la ermita de Santa Ana de Pedrezuela y también salió airoso cuando intentaban detenerle mientras dormía en un barranco próximo al Molar.
En 1816 cometió un error, fue detenido mientras asaltaba a unos arrieros. Fue perseguido y finalmente apresado muy cerca de El Escorial. Le condujeron a Madrid, donde fue juzgado, condenado y al poco tiempo murió ajusticiado.
Entre la correspondencia de una viajera inglesa, se encontró una carta fechada en 1816 que hace referencia a este bandolero:
Querida hermana: mañana nos internaremos en la zona conocida como La Cabrera. En la posada nos han hablado de un faccioso, un tal Antonio Sánchez, que tiene amedrentados a los vecinos. Lo conocen como Chorra al Aire… Intentaré entrevistarme con el tal Sánchez para hacerle un boceto para mi colección de “Tipos pintorescos de España”. Me han señalado un intermediario para pactar con él un encuentro, pero creo que dista mucho de ser de otros bandoleros. Su apodo ya alude a algo ofensivo, así que no sé lo que me voy a encontrar… 

Ediciones la Librería

El error del espíritu de Prim = Lérida



En el año 1883 se sublevó la guarnición en la Seo de Urgel. Púsose al frente de los sublevados el coronel don Francisco Fontcuberta. Este señor era espiritista y cuando recibió el aviso del fracaso de otra sublevación iniciada en Badajoz, intentó desistir, pero evocó el espíritu de Prim y, según manifestación del propio sublevado, éste le aconsejó salir adelante prometiéndole el triunfo, lo que acabó de decidirle. 

El espíritu del vencedor de los Castillejos sufrió lastimosa equivocación en este trance a que arrastró a Fontcuberta.

Carlos Fisas

LEYENDA DE SA FONT DES QUER = Mallorca

 

Eran tiempos de penuria, las gentes pasaban sus buenos apuros. Las aves de corral no ponían huevos. Las vacas se negaban a dar leche. Y tampoco los trabajadores se sentían muy satisfechos en el campo. Bípedos y cuadrúpedos trataban inútilmente de encontrar el agua que apagara su sed. La fuente se agotaba una y otra vez. De un verano para el otro el agua se hacía más escasa. Y finalmente faltó por completo. Los animales enflaquecían en la dehesa. Los cerdos, que buscaban su alimento dando vueltas por la casa de la finca de Es Grau, se morían. Los campos se agostaban.
Entonces se acercó el esclavo moro Amet a su amo y señor. Le propuso un trato. ¡Agua a cambio de la libertad! Buscaría y encontraría una fuente, si el señor le dejaba irse con provisiones para el camino con una carta de emancipación en el bolsillo. Pronto se pusieron de acuerdo y se fue Amet a la montaña a la búsqueda del precioso líquido del monte s’Esclop. Y la encontró. Allá arriba, escondida entre las empinadas rocas. Encontró las aguas de Sa Font d’es Quer. Volvió lleno de alegría. Lleno de orgullo y de gran esperanza comunicó su hallazgo. Le pareció segura la dorada libertad. Sin embargo, en lugar de respirar el aroma del ancho mundo, le siguió aguardando la dura suerte de una existencia de esclavo.
Mientras en torno a él, el país despertaba a una vida exuberante, el desengañado hijo del desierto lanzaba imprecaciones al cielo. Estaba descontento de su suerte. Preguntaba si esta falta de palabra de su señor era acaso digna de un cristiano. Y la respuesta del cielo no se hizo esperar. La fuente se secó. La finca parecía de nuevo amenazada de sequía y esterilidad. Buscaban y rebuscaban en vano. Mientras el sol, día a día, quemaba con más intensidad, descendía también la última gota de agua por las sedientas gargantas. Entonces el señor de Es Grau se acordó de la promesa dada. Cambiaría de nuevo el agua, así pensaba él, por la libertad de su esclavo. Entretanto Amet, mucho menos convencido que antes de la honradez cristiana, pidió ante todo la bendición de la iglesia. Tenía que venir el párroco de Estellenchs a bendecir el pacto, para garantizar su vigencia posterior. Dicho y hecho. Vino el párroco. En adelante correrían las cristalinas aguas de Sa Font d’es Quer y traerían fertilidad y bendición a todo el país.
De Amet, el esclavo, no habla ya más la leyenda. Pero tal vez en el eterno murmullo de las aguas se oye el eco de una pequeña canción. Sobre la dorada libertad de un hombre de piel morena

Amalarico - Rey Visigodo



Reinó entre 526 y 531. 
Mediante un acuerdo con Atalarico, nuevo rey  ostrogodo, se definen las fronteras entre ambos reinos, quedando la Septimania bajo domino visigodo. Se anula el tributo visigodo a los ostrogodos.
Se casa con Clotilde, hija de Clodoveo, a la que maltrata por su catolicismo, lo que genera el ataque de los merovingios. Derrotado en Narbona, huye a Barcelona, donde es asesinado.

(Turismo prerrománico)

El Clot de L'Infern - Barcelona


Esta leyenda medieval cuenta que había un caballero anciano que había vivido toda su vida obsesionado con sus posesiones, en especial con sus monedas de oro, y que jamás había compartido nada, hasta el hecho de querer conservarlas incluso después de su muerte. Para ello, el caballero cavó un agujero al lado de la tumba que había  preparado para el momento de su muerte con el fin de esconder allí su preciado tesoro una vez fallecido. 
Cuenta la leyenda que una noche el caballero salió al bosque para esconder sus monedas de oro, pero debido a su estado de salud y el extremo frío de la noche, este cayó enfermo, muriendo a los pocos días. No tenía descendencia directa, aunque era el padrino de una niña llamada Bepa, a la que un día por su cumpleaños le regaló una moneda de oro y que, tras su muerte, heredó la vivienda y tierras de este. 
A pesar de que se habló mucho sobre el tesoro del anciano caballero, nadie nunca pudo encontrarlo. Cada luna nueva a media noche, desde que muriese el caballero, se escuchaban el sonido de cadenas proveniente de la tumba del viejo, dándole la población el nombre de El Clot de l'Infern. Un día el espectro del anciano fallecido se le apareció a Bepa, y le dijo que gracias a la moneda que le dio en su día no fue al infierno, pero que había sido condenado a vagar por el Inframundo hasta que su tesoro fuese repartido entre los pobres. 
Con la ayuda de Bepa, el tesoro fue encontrado y repartido, permitiendo al anciano caballero descansar en paz.

La cruz de la mezquita de Córdoba

En la ciudad de Córdoba, en la comunidad de Andalucía, se cuenta que un joven cristiano compraba flores a su enamorada, una bella joven de origen musulmán. Al pedirle matrimonio, ella aceptó también convertirse al cristianismo, pero su intención se vio impedida por unos soldados que la asesinaron el mismo día que sería bautizada.

Como castigo, estos soldados encadenaron al joven en los pilares de una mezquita. Mientras estuvo encadenado, el joven dio forma a una pequeña cruz con su uña, que hasta el día de hoy puede verse en el mármol de la columna donde pasó el resto de sus días.



martes, 27 de agosto de 2024

Las entendederas del Alcalde


En lo recio de una epidemia, escribió el alcalde de un pueblo al gobernador de la provincia exponiéndole la situación y pidiéndole que le comunicase qué medidas debía adoptar.

El gobernador le contestó con un telegrama que empezaba diciendo: «Por de pronto apelar a todos los medios oportunos... etc.»

El alcalde, que debía de ser de pocas luces, entendió: «Por de pronto apalear a todos los médicos por tunos...» No quiso leer más y dijo: —Hizo bien en escapar el médico que teníamos, que si no lo hace, ¡menuda paliza iba a llevar!

Carlos Fisas 

Leyenda del Monte Toro - Menorca


Una hermosa leyenda, narra el origen de la devoción que sienten los menorquines por su patrona, la "Verge del Toro*. La imagen de la Virgen del Toro, una virgen morena, con una corona de oro y portando al niño Jesús en sus brazos, preside el retablo principal del santuario de Toro, construido en 1670. sobre las ruinas de un antiguo convento. 
Según cuenta la leyenda, la imagen fue encontrada en el siglo XIII. cuando Alfonso III conquistó la isla en el año 1287. Las tropas del rey Alfonso, viajaron a la isla acompañada de varios padres de la naciente Orden de la Merced. En agradecimiento a sus servicios, el monarca les obsequió con dos posesiones, una en Ciutadella y otra a unos 3 Km. de Mercadal. el llamado Podio de Ostemo. conocido hoy día como Llináritx y. donde los monjes construyeron un convento. 
Una noche, un anciano padre vio como se alzaba una columna de luz hacia el cielo y, como en noches sucesivas el extraño fenómeno se repetía. No dudó de que se trataba de una llamada  sobrenatural, y como tal. se lo refirió al prior del convento. La noche siguiente los monjes de la comunidad subieron en procesión hasta la cima del monte Toro. Pronto, la ascensión se hizo penosa y difícil y, tampoco sabían muy bien que camino debían seguir. Al momento, les salió un toro furioso que les cerró el paso, pero que al ver los crucifijos que portaban los monjes, se amansó y los guió monte arriba por densos bosques. Pero se encontraron con unas enormes piedras que obstaculizaban la marcha de la expedición. El toro, las envistió con su poderosa cornamenta y las destruyó, quedando nuevamente el camino abierto. Desde entonces, este lugar es conocido como el ‘pas del bou". Al llegar a la cima, el extraño animal se inclinó ante la entrada de una cueva, de la que salía una luz prodigiosa, en ella encontraron la imagen de la virgen con el niño Jesús en brazos. Los monjes la trasladaron a su convento, pero al día siguiente desapareció y la encontraron nuevamente en la cima del monte.
Comprendiendo los monjes que era voluntad de la Señora morar en la cima, construyeron una capilla y. más tarde un convento a donde se trasladó la orden de la Merced.
El monte Toro, con sus 357 metros es el punto más alto de Menorca. Desde la cima, podemos observar una excelente panorámica sobre la casi totalidad de Menorca, incluso en días claros, es posible ver también la silueta de la isla hermana de Mallorca. 
El santuario está ocupado hoy día por una orden de monjas franciscanas y. es el centro espiritual de la isla y lugar de peregrinación. La fiesta de la Verge del Toro, se celebra el 8 de mayo

Leyenda del Soldat Pelut - Escorca

 

Cuentan los ancianos de Escorca, que en las llamadas tierras de s'Entretorc, constituidas por la unión del Torrent de Paréis, el de Uuc y sa Fosca, existe una cavidad, que hace referencia a un curioso personaje, que según parece, habitó esta cueva dando pie a una curiosa legenda; "es Soldat Pelut". Según la tradición popular más extendida, podría tratarse de un desertor de un regimiento de soldados suizos, que trabajaban como mercenarios al servicio del rey de España a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX,
Se dice que era un individuo desaliñado y andrajoso, con una larga barba y cabellera, que vestía únicamente con las pieles de los animales que conseguía abatir para alimentarse, y que tenia amedrentado a la población rural de la zona. Aún hoy día se hace referencia a este personaje para asustar a los niños que no se portan bien. Llegó a ganarse la enemistad de los payeses con los hurtos que cometía para hacerse con algún pan o fruta, comportándose de forma violenta y amenazadora.
Siempre, y según cuenta la leyenda, un día fue avistado por un payés mientras robaba cerezas cerca de la Casa Nova, sonó un tiro y cayó muerto. Su cadáver fue arrojado detrás de un peñasco. Ese fue el triste final del pobre desertor, que ha dejado un halo misterioso en estas montañas mágicas de la Serra, y en ellas perdurará para siempre la cueva que habitó; "Sa cova des Soldat pelut"

lunes, 26 de agosto de 2024

El Sultán Muley Afid - Barcelona

Para empezar, os contaré quien fue el Muley Afid. Su nombre completo era Abdelhafid o Abd-al-Hafidh, y fue un sultán marroquí que nació en 1873 y murió en 1937. Debido a los problemas de inestabilidad política interna que tuvo que afrontar durante su reinado, decidió solicitar ayuda al ejército francés, lo que propició el inicio del protectorado francés de Marruecos y su propia abdicación en 1912. Tras negociar hábilmente su futuro y el de su familia, inició un exilio dorado, que lo llevaría hasta Barcelona.

Inicialmente vivió en el lujoso Hotel Oriente en la Rambla dels Caputxins, el más antiguo de la ciudad y una de las joyas hoteleras de la época, que se había inaugurado en 1842 sobre el solar del antiguo convento franciscano del siglo XVII y que conservó el claustro, el refectorio, las aulas de estudio, así como parte de los cimientos, que todavía hoy en día son visibles.

Durante los años que estuvo viviendo en la ciudad llevó a cabo una intensa vida social. Es especialmente recordado por la relación sentimental que mantuvo con la cupletista Carmen Flores, una de las artistas más famosas de la época y que, entre sus méritos artísticos, está el estreno en Barcelona del cuplé "La Violetera", que posteriormente popularizaría mundialmente Raquel Meller. También es recordado por la elefante Julia que regaló al Zoo de la ciudad en 1915 y que murió de hambre durante la guerra civil. El cuerpo del animal fue disecado y estuvo expuesto muchos años en la entrada del Museo de Zoologia. Dicen que la popularidad del sultán hizo que incluso Guimerá le dedicara un himno.  

(Barcelona en horas de oficina)




Batalla de Belchite -

Esta batalla nada tiene que ver, como verá quien lea lo siguiente, con la que se libró durante la Guerra Civil en el mismo lugar.

Bloqueaba el cartaginés Amílcar la ciudad de Hélice o Vélice, la antigua Bellia, que se cree con fundamento fuese Belchite. Llamaron los beliones en su socorro a otros celtíberos. Uno de sus caudillos o régulos, llamado Orissón, fingió ser amigo y auxiliar de Amílcar, y pasó a su campo con un cuerpo de tropas, con la intención de volverse contra él en ocasión y momento oportunos. Notable y extraña fue la estratagema de que los españoles entonces se valieron.
Delante de sus filas colocaron gran número de carros tirados por novillos, a cuyas astas ataron haces embreados de paja o leña, que encendieron al comenzar la refriega. Acuciados por el fuego, los novillos embistieron furiosos contra las filas enemigas, causando horrible espanto a los elefantes y caballos y desordenándolo todo. Cargan los confederados sobre los cartagineses, y aprovechando Orissón la oportunidad del momento, únese a los celtíberos y hace en las fijas enemigas horrible matanza y estrago. El mismo Amílcar pereció, y los restos de su ejército se refugiaron en Acra-Leuka. 
El ardid de que se valió Orissón para derrotar a los cartaginenses debía constituir una diversión pública entre los celtíberos, y de ella se cree son reminiscencia: el toro júbilo, que se corre en algunos pueblos de la provincia de Soria; el toro de la pólvora, usando en la Mancha; el zetcenzusko, en las Vascongadas, y otros varios toros de fuego, que forman parte de muchas fiestas españolas. 
Sucesor de Amílcar fue Asdrúbal, su yerno. Deseoso de vengar la muerte de su suegro y de castigar la traición de Orissón, entró por las tierras de Hélice, llevándolo todo a sangre y fuego. Es tradición que Orissón cayó en su poder y que Asdrúbal logró satisfacer su venganza: la Historia no vuelve a hablar de aquel caudillo.

(Miguel Moreno Jara)

Indortes e Istolacio


Una vez que el general cartaginés Amílcar Barca, desembarcando en la antigua Gades (Cádiz) el 237 a. de C., hubo derrotado y crucificado al régulo Istolacio, de quien algunos creen que era un general céltico mercenario al servicio de los turdetanos y otros un aristócrata oretano de origen celta, invadió las tierras de los lusitanos y de los vettones y al retornar al sur encontró a cincuenta mil combatientes (número evidentemente exagerado) que le esperaban mandados por el sucesor de Istolacio, su hermano Indortes, a quien también derrotó en Sierra Morena espantando a sus tropas con elefantes y que, tras ser capturado, fue también torturado, cegado y crucificado.
Amílcar, cruel con los jefes pero benigno con los guerreros capturados, alistó en sus filas a miles de guerreros hispánicos capturados a Istolacio. Desde entonces la rebelión hispánica contra los cartagineses pasó a ser acaudillada por Orissón.

(Wikipedia)

Leyenda del Drago de Icod - Tenerife

 


Una tarde remota en el pasado, cierto navegante mercader llegaba de las costas atlánticas en busca de sangre de drago, producto muy en boga y de gran importancia en la elaboración de ciertas preparaciones de la farmacopea, y desembarcó cerca de la playa de San Marcos, de Icod de los Vinos, para llevar a efecto su lucrativo propósito.
Estando ya en la playa, sorprendió allí a unas infantas o damas de esta tierra, que conforme al rito tradicional se bañaban solas en el mar aquella tarde veraniega.
El intruso navegante las persiguió, logrando apoderarse de una de ellas. Esta trató astutamente de conquistar el corazón del extraño viajero para intentar distraerlo y lograr huir, y mostrándole signos de consideración y amistad le ofreció algunos hermosos frutos de la tierra.
Para aquel navegante que venía tras la sangre del drago, y traía en la imaginación y en el alma el mito helénico de las Hespérides, los frutos que aquella dama de esta tierra le ofreciera, pudieron muy bien parecerle las manzanas del mítico jardín. Mientras él comía gustosamente desprevenido, la bella aborigen saltó ágil al otro lado del barranco, y a todo correr huía hacia el bosquecillo cercano escondiéndose tras la arboleda.
El viajero, sorprendido en principio, trató de perseguirla de cerca, pero vio con sorpresa que algo se interponía en su camino, que un árbol extraño movía sus hojas como dagas infinitas, y que el tronco parecido al cuerpo de una serpiente se agitaba con el viento marino y entre sus tentáculos se ocultaba la bella doncella guanche.
El navegante lanzó el dardo que llevaba en sus manos, contra lo que a él se le figuró como un monstruo, con gran miedo y asombro, y al quedarse clavado en el tronco, del extremo de la jabalina empezó a gotear sangre líquida del drago.
Confuso y atemorizado, el hombre huyó laderas abajo, subió a su pequeña barca y se alejó de la costa, mientras iba pensando en su corazón, que había sorprendido en el jardín a una de las Hespérides, a la que salió a defender el mítico Dragón (el árbol drago).

Leyenda del panecillo bendito = Córdoba

  Varias son las leyendas que atribuyen hechos milagrosos a la imagen de San Nicolás Tolentino. Entre ellas, la más curiosa es, quizá, la de...