Habiendo ido de cacería Fernán González con el reciente rey de León Sancho, el Craso, y quedando el rey prendado por el caballo y el azor del conde, quiso comprárselos. Fernán no se los quiso vender y se lo ofreció en regalo; pero para el poderoso rey Sancho eso le resultó molesto y humillante insistiendo en la compra; finalmente acordaron una ridícula cantidad que Sancho debía pagar al conde de Castilla en un día convenido, debiendo pagar el doble por cada día de demora. Realizado el trato, el tiempo pasó y el rey no dio importancia a tal mínima cantidad; pero cuando el conde castellano le reclamó la deuda, el rey de León no poseía riqueza suficiente para saldarla, teniendo que llegar al trato de ofrecerle el condado de Castilla en propiedad.
De esta forma tan ilustrativa es corno se nos cuenta que el Condado de Castilla lograra su independencia gracias al metafórico intercambio del caballo (nobleza y fuerza) y el azor (agudeza y perspicacia).
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