Sandalio Estudillo fue un bandolero que merodeaba los contornos de Zarza Capilla y Cabeza del Buey en el siglo XIX, considerado un desertor del ejército se echó al monte para buscarse la vida.
Capitaneaba un grupo de bandoleros formado por Salustiano de Cabeza del Buey y Coguto de ignorada procedencia.
Durante años, los numerosos atracos de la banda abatieron el ánimo de los indefensos vecinos y el pánico alcanzó su cota más elevada al ser asesinado un vecino: Sebastián García por negarse a entregarles el importe de la venta de unos chotos.
El pueblo llevaba años costeando a tres “tiradores” o escopeteros para la persecución de los bandoleros, pero éstos se limitaban a convivir con ellos, mas por temor que por simpatía, pegando algunos tiros al aire para demostrar “su fiel” cumplimiento. Tras el asesinato de Sebastián, las autoridades de Zarza Capilla dieron órdenes tajantes a los escopeteros de capturarlos vivos o muertos, bajo amenazas de severos castigos.
La ocasión la brindó una de aquellas múltiples comilonas que, unos y otros frecuentemente celebraban. El vino corría en la bota de mano en mano, siempre acariciado en mínima porción por los invitados. Terminado el banquete en la zona conocida como los Pocitos (hoy Ermita de San Isidro), beodos y somnolientos los forajidos en aquella tarde otoñal, la hora de la actuación había llegado:
Al unísono, los tres tiradores disparan sobre Sandalio, pero el nerviosismo y el miedo, evitó la muerte instantánea del bandolero, que huyó como pudo yendo a morir junto a donde hoy se sitúa la Fuente de los Zarzales (a escasos 200 metros), otro desaparece por los verdes y altos jarales dirección a la sierra, herido de muerte y un tercero fue localizado cadáver dos días después sentando en el suelo cerca del cementerio nuevo.
Sus cuerpos, con las caras pobladas de largas barbas blancas fueron expuestos en la Plaza para contemplación de los atemorizados vecinos.
El alcalde, Alvaro Muñoz, daría de inmediato parte del suceso al comandante de la columna de la izquierda del Zújar” a su paso por Zarza Capilla, camino de Cabeza del Buey.
Fueron sepultados paredes a fuera del cementerio viejo (actualmente desaparecido), entre la pared y la cruz cimera.
Grande debió ser la fama alcanzada por Sandalio cuando su muerte fue anunciada en el B.O.P del 24 de octubre de 1839:
“Capitanía General de la Provincia de Extremadura. El comandante de la columna de operaciones de la izquierda del Zújar, refiriéndose a la comunicación dirigida por el alcalde constitucional de Zarza-Capilla, me da conocimiento de que los escopeteros de esta villa han muerto a dos facinerosos, siendo uno de ellos Sandalio Estudillo, que por sus crímenes y asesinatos tenía consternado aquel país .
Lo que he dispuesto publicar en los boletines de la provincia para conocimiento y satisfacción de sus habitantes y en honor de los escopeteros.”
En abril de 1982 se colocó en la Fuente de los Zarzales, una piedra de granito con el nombre de Sandalio, el trabuco (símbolo de su profesión) y la fecha del parte. Debió morir uno o dos días antes.
Frente a la fuente, en lo alto de la sierra, se halla la llamada Cueva de Sandalio, residencia ocasional de la banda. Con el paso del tiempo la vegetación ha ido cerrando la boca de la cueva, para entrar hay que hacerlo arrastrándose por el suelo.
Extremadura Misteriosa
Capitaneaba un grupo de bandoleros formado por Salustiano de Cabeza del Buey y Coguto de ignorada procedencia.
Durante años, los numerosos atracos de la banda abatieron el ánimo de los indefensos vecinos y el pánico alcanzó su cota más elevada al ser asesinado un vecino: Sebastián García por negarse a entregarles el importe de la venta de unos chotos.
El pueblo llevaba años costeando a tres “tiradores” o escopeteros para la persecución de los bandoleros, pero éstos se limitaban a convivir con ellos, mas por temor que por simpatía, pegando algunos tiros al aire para demostrar “su fiel” cumplimiento. Tras el asesinato de Sebastián, las autoridades de Zarza Capilla dieron órdenes tajantes a los escopeteros de capturarlos vivos o muertos, bajo amenazas de severos castigos.
La ocasión la brindó una de aquellas múltiples comilonas que, unos y otros frecuentemente celebraban. El vino corría en la bota de mano en mano, siempre acariciado en mínima porción por los invitados. Terminado el banquete en la zona conocida como los Pocitos (hoy Ermita de San Isidro), beodos y somnolientos los forajidos en aquella tarde otoñal, la hora de la actuación había llegado:
Al unísono, los tres tiradores disparan sobre Sandalio, pero el nerviosismo y el miedo, evitó la muerte instantánea del bandolero, que huyó como pudo yendo a morir junto a donde hoy se sitúa la Fuente de los Zarzales (a escasos 200 metros), otro desaparece por los verdes y altos jarales dirección a la sierra, herido de muerte y un tercero fue localizado cadáver dos días después sentando en el suelo cerca del cementerio nuevo.
Sus cuerpos, con las caras pobladas de largas barbas blancas fueron expuestos en la Plaza para contemplación de los atemorizados vecinos.
El alcalde, Alvaro Muñoz, daría de inmediato parte del suceso al comandante de la columna de la izquierda del Zújar” a su paso por Zarza Capilla, camino de Cabeza del Buey.
Fueron sepultados paredes a fuera del cementerio viejo (actualmente desaparecido), entre la pared y la cruz cimera.
Grande debió ser la fama alcanzada por Sandalio cuando su muerte fue anunciada en el B.O.P del 24 de octubre de 1839:
“Capitanía General de la Provincia de Extremadura. El comandante de la columna de operaciones de la izquierda del Zújar, refiriéndose a la comunicación dirigida por el alcalde constitucional de Zarza-Capilla, me da conocimiento de que los escopeteros de esta villa han muerto a dos facinerosos, siendo uno de ellos Sandalio Estudillo, que por sus crímenes y asesinatos tenía consternado aquel país .
Lo que he dispuesto publicar en los boletines de la provincia para conocimiento y satisfacción de sus habitantes y en honor de los escopeteros.”
En abril de 1982 se colocó en la Fuente de los Zarzales, una piedra de granito con el nombre de Sandalio, el trabuco (símbolo de su profesión) y la fecha del parte. Debió morir uno o dos días antes.
Frente a la fuente, en lo alto de la sierra, se halla la llamada Cueva de Sandalio, residencia ocasional de la banda. Con el paso del tiempo la vegetación ha ido cerrando la boca de la cueva, para entrar hay que hacerlo arrastrándose por el suelo.
Extremadura Misteriosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario