La leyenda de las cuatro barras nos explica el origen de la senyera, la bandera de Cataluña. Esta leyenda tiene como protagonista a Guifré el Pilós, antiguo Conde de Barcelona en el siglo IX, que fue herido de muerte en batalla contra los normandos a las órdenes de Carlomagno.
Estando tumbado en la tienda esperando su muerte, Carlomagno tomó de la mano de Guifré y la guió hacia la fatídica herida, tiñendo los dedos de sangre y, acto seguido, pasó la mano de Guifré el Pilósde arriba a bajo de su escudo dorado, dejando marcadas cuatro barras rojizas en el fondo amarillento del escudo, dando así origen a la que es hoy en día la bandera de Cataluña.
Estando tumbado en la tienda esperando su muerte, Carlomagno tomó de la mano de Guifré y la guió hacia la fatídica herida, tiñendo los dedos de sangre y, acto seguido, pasó la mano de Guifré el Pilósde arriba a bajo de su escudo dorado, dejando marcadas cuatro barras rojizas en el fondo amarillento del escudo, dando así origen a la que es hoy en día la bandera de Cataluña.
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