Según cuenta esta misma leyenda, la bestia murió a manos del capitán y gobernador de Alcúdia, Bartomeu Coch, cuando se encontraba en la Portella de Palma durante una noche de 1776. El capitán cortejaba a una dama de la zona y mientras dirigía su mirada al balcón de la casa y le dedicaba palabras de amor, entre la oscuridad de la noche y las sombras apareció la mala bestia. Valerosamente el caballero sacó su espada y le quitó la vida, lo arrastró hasta su amada y se lo ofreció en prueba de amor, exclamando:"vet ací es drac, es drac de na Coca” (ahí está el dragón, el dragón de na Coca). A partir de la hazaña del capitán Coch, el drac recibió su nombre actual, con una típica feminización del nombre. El drac fue embalsamado y actualmente podemos encontrarlo en el Museo Diocesano, donde se conserva y puede visitar.
Paraíso balear
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